PELOTÓN DE FUSILAMIENTO

Por Simón Radowitzky.
“No es un tribunal sino un pelotón de fusilamiento”, afirmó Cristina Fernández luego de su alegato final. El martes se conocerá si existe condena o no. Por lo pronto, sus acólitos amenazaron con copar Comodoro Py si resultarse condenada su líder.
Tarde muchachos, tarde. Todos sabemos que la causa es armada, que todo es una falacia utilizada como acción política por parte de la derecha. Ellos son los malos, nosotros los buenos.
Aunque los buenos cada vez se parecen más a los malos, digo. Porque si anuncian una condena que saque a Cristina de la contienda electoral por más que exploten los tribunales, que vuele por los aires Comodoro Pro solo será para la foto, porque la condena se escribió y esa falsa defensa de su líder será solo para la foto.
Dos fuentes importantes y calificadas, una amarilla, la otra no, confirmaron que la alternancia está acordada. Usted no lo cree o no quiere creerlo pero todo enfila a esa idea. Un presidente que solo ejecuta la cena, un superministro que solo agrada a la oligarquía, una líder paseando por tribunales, agrupaciones sociales que solo se reúnen para pedir aumento de planes, y los defensores de la jefa amenazando en futuro imperfecto dan la pauta, la única que dan, que las fuentes no se equivocan.
Cristina se transformó en la una de las mejores líderes de la política argentina, también la más vituperada. Ni Evita ni Juana de Arco fueron tan insultadas, tan odiadas, tan incendiadas como la platense. Tampoco tan escasamente defendidas.
En el café, en el trabajo se escuchan voces de aliento o si la tocan que kilombo se va a armar, pero si sucede será tarde. Desde el Ejecutivo jamás se hizo algo en defensa de aquellos compañeros apresados injustamente. Alberto no movió un dedo por Milagro, Boudou, De Vido y menos su vicepresidente. Cobró como presidente, tendrá una jubilación por estar a cargo del Ejecutivo pero trabajó de cronista. Solo relató lo que pasó, pero se movió para hacer una fiesta en la pandemia, sacar fotos, viajar y obedecer ciegamente a la oligarquía.
Las encuestas no solo dan perdedor al Frente si no que lo hacen por goleada. No más de 20 puntos suman este frente de asalariados. Son encuestas, suelen equivocarse, pero nunca por tanto. Pueden mentir uno, dos o diez puntos pero jamás treinta. Hoy este frente con una sucesión de pequeños partidos y grandes traidores suman veinte puntos. Ah, y a la jefa la dejan tirada.
La pregunta que usted se hará es ¿Qué hay que hacer? La respuesta es fácil, olvidarse de la hipocresía y plantarse frente al poder. Exigir a los jefes políticos que salgan a la calle, que copen plazas y tribunales antes, no después y se olviden de sus salarios y se disfracen alguna vez de patriotas. No simulen más, sean sinceros, no hablen de alternancia, hablen de patria, justa, libre y soberana. ¿No le parece?