Por Kurt Winkels.
Fernando Niembro, cabeza de la lista en la provincia de Cambiemos y estrella de Fox, fue denunciado de una irresponsabilidad económica de 22 millones de pesos. Fox lo borró, Macri lo guardó. Desde la campaña y hasta el día de ayer existe una sobredosis de cartas documentos y denuncias que el argentino jamás vivió.
Milagro Sala y Lázaro Báez por un lado, más el dólar futuro que procesa a Cristina son las denuncias marco de la derecha. Quizás la de Báez se pueda probar, las otras son impresentables operaciones para que fenezca el kirchnerismo.
Ahora bien, el anterior gobierno no es denunciado ni acusado por Martin Luther King, Mahatma Gandhi o Teresa de Calcuta: es acosado por miembros de la patria contratista integrantes de los off shore y prófugos de Interpol.
El escándalo promovido por un consorcio periodístico alemán determinó que en las primeras planas de los medios serios del mundo veamos las fotos de Messi y Macri. Hasta el principal diario de Burundi colocó en tapa la foto de Macri con títulos que iban desde corrupto a el peor presidente de la Argentina, sin embargo, en nuestro país Báez ocupaba el lugar de Mauricio.
Los papeles de Panamá pusieron en claro ante la opinión pública internacional quien gobierna y como gobierna. Las cuentas off shore pusieron en blanco sobre negro a la mayoría de los miembros del gabinete, empresarios amigos, Niembro inclusive.
En el entramado panameño todos sabemos que se abre una cuenta para no pagar impuestos o lavar activos. La prensa local solo le dio cobertura un par de días y trató de justificar al presidente, en vez de establecer el porqué de tantas cuentas legales y antiéticas por parte del gobierno argentino.
Mientras esto sucede, la justicia con la apoyatura mediática consolidan los casos locales donde la corrupción es la noticia y de esta manera se busca alguna conexión con algún apellido K. El objetivo es destruir al kirchnerismo y tratar de ocultar las consecuencias de un modelo.
El macrismo se equivoca al gastar la energía en destruir todo lo que sea K. Ya la fusiladora lo intentó y no lo logró. El General Perón en una entrevista dijo: “A los pocos días de nuestra caída, tenia funcionando sobre la frontera de los países limítrofes núcleos a los que yo denomine “comandos adelantados”, que se nutrían con los perseguidos por nuestros enemigos. Estuvieron examinando como paralizar mi predica, sin que se les ocurriera utilizar las banderas arriadas a consecuencia de nuestras desgracias .Si hubieran elegido el camino de la justicia social, siquiera moderada, y aunque fuese a titulo de recurso demagógico, yo hubiera perdido la partida. Pero estaba escrito que Dios y el odio pampa que profesaban al país real, acabaría confundiéndolos”.
Perón mencionó el error gorila, que coincide con la actualidad y habló de un país real. Arturo Jauretche también estudio y definió la política real. Concretamente dice: “Es frecuente el error de oponer la política realista a la política idealista. Error que proviene de confundir al político practicón con el realista. El practicón que es un simple colector de votos o fuerzas materiales. El realismo consiste en la correcta interpretación de la realidad y la realidad es un complejo que se compone de ideal y cosas prácticas. Ni escapa al círculo de los hechos concretos por la tangente del sueño o la imaginación, ni está tan atado a lo concreto que se deja cerrar por el círculo de lo cotidiano al margen del futuro y del pasado. Para una política realista la realidad está constituida de fines y medios, de antecedentes, de causas y concausas”.
Estas definiciones de Perón y Jauretche no están en el menú de Durán Barba. Sus aplicaciones están configuradas con otros programas. Su jefe Macri sintoniza otra banda, y ya que de bandas hablamos, estos -aliados a los medios y a la justicia- arman un reality con figuras cercanas a Cristina para destruir la década ganada. Gastan energía en el desarrollo del odio en vez de gestionar una política popular que haga olvidar a los K. Al mismo tiempo, mientras acusan, les caen cuentas, joyas chilenas, fiestas electrónicas, papeles de Panamá y hasta Interpol pero nunca, jamás nunca, una donación.