
Desde El Alto, en La Paz, Bolivia, el periodista Adair Pinto da cuenta de un nuevo episodio de la masacre que están cometiendo contra el pueblo de ese país las fuerzas militares y policiales bajo las órdenes de la autoproclamada presidenta Jeanine Añez, las que dispararon contra la multitud que bloqueaba una planta de combustibles causando tres nuevos muertos y más de una veintena de heridos. La cifra de fallecidos a manos de los genocidas asciende ya a 32 -constató Pinto quien afirmó-: “Esto es una dictadura sangrienta”.
Teníamos la información de que había 23 muertos, 750 heridos. Pero debería haber más según las imágenes que nos llegan…
“Hoy el alto mando militar ordenado por la autoproclamada presidenta Jeanine Añez -afirmó Pinto-, ha ordenado a un convoy militar para que avance hacia Senkata, y que libere la planta de combustible que tenemos en ese sector. El convoy ha abierto fuego a quemarropa contra los ciudadanos alteños que mantenían el bloqueo como medida de protesta en el sector. Se han registrado en esta jornada 3 muertos confirmados y más de una veintena de heridos por armas de fuego. Al momento según el conteo oficial del Instituto de Identificación forense son 32 los fallecidos, y heridos más de 780, aunque existe un número no oficial de más de 39 muertos hasta el momento, durante todo el conflicto tras la renuncia del presidente Evo Morales”.
El congreso se debería haber reunido hoy día -continuó explicando-, pero han suspendido la asamblea convocada con el fin de llamar a nuevas elecciones en 30 días. Eso es lo que ha sucedido en estas últimas horas -precisó Pinto-. Y a ello se suma que continúan las protestas en Cochabamba. El día de ayer se registraron dos muertos y más de una treintena de heridos también con armas de fuego por militares, para evitar que los manifestantes lleguen a la plaza principal.
¿Cómo puede hablarse de guerra civil, sí un solo bando es el que tiene armas?… Más bien parece un genocidio.
Exactamente -reafirmó el colega-, no puede haber mejor descripción que esa, se ha denunciado desde el gobierno que los sectores movilizados tenían armas, pero no se ha podido comprobar. Lo raro de esas denuncias es que no existe ni un solo militar herido y los muertos están del lado de los productores de hoja de coca, los alteños movilizados, la población, el poder popular que está en la calle rechazando y pidiendo la renuncia de Jeanine Añez. Ya son más de una treintena de muertos y los heridos cerca de 800. Esto es una dictadura sangrienta. Además hay 32 desaparecidos hasta el momento.
Hay que destacar la valentía del pueblo boliviano, porque no tienen cómo defenderse, pero están defendiendo un estilo de vida que los llevó a estar cierto tiempo mucho mejor que años anteriores.
Eso es lo que se debe resaltar -sugirió Pinto-, que durante más de 13 años del gobierno del presidente Evo Morales -y se evidencia en las estadísticas de los organismos internacionales-, Bolivia ha vivido un proceso constante una estabilidad económica y política, lo que ahora no existe ni por asomo. Los alimentos de la canasta familiar están escaseando, el desabastecimiento de combustibles como medida de presión contra las comunidades campesinas, ha aumentado, y los campesinos y alteños salen con el pecho descubierto a protestar contra esta dictadura que se ha instaurado, y son asesinados.
Es primera vez, que se tenga noticia, de que hay un golpe de estado contra un país que viene con progreso y ascenso económico, me parece.
Efectivamente, hay que mencionar que se ha utilizado manipulación mediática para lograr estos objetivos -precisó el periodista-. Se sabe que la embajada norteamericana abiertamente ha tenido mucho que ver. Hay un informe que se habría financiado con más de 100 millones de dólares que entraron a través de un cónsul argentino, para poder financiar este golpe incluso se ha denunciado que el ex general y jefe del ejército boliviano, Williams Kalimán, se habría fugado hacia Estados Unidos, y que se habría llevado un millón de dólares como premio a su lealtad al golpe de estado.
Lo curioso es que por primera vez se da este tipo de golpe de estado, cuando éramos el país con más crecimiento en toda Latinoamérica -se lamenta Pinto- y añade: durante 4 años consecutivos ocupamos el primer lugar en crecimiento económico de la región, a ello se suma que nuestro PIB alcanzó porcentajes nunca antes vistos, la nacionalización e industrialización de recursos naturales e hidrocarburos estaban en pleno apogeo, y se iba a industrializar el litio. Diferentes analistas señalan que este es uno de los principales objetivos del imperio norteamericano, obtener el litio y el gas y otros minerales de Bolivia, no olvidemos que nuestro país es rico en recursos naturales, e incluso el presidente Evo Morales ya tenía en marcha el cambio de la matriz energética porque ya se habían desarrollado termoeléctricas, hidroeléctricas, plantase eólicas para vender energía a los países vecinos, ya se tiene contrato cerrado con Argentina y con Brasil con más de 200 megavatios. Ahora nos vemos sumiéndonos de nuevo en la miseria.
La sospechosa visita de la hija de Trump a Jujuy, la salida de amigos del gobernador de esa provincia, Gerardo Morales, hacia Bolivia, (brigadistas) que eran soldados… Ahora entendemos que la hija de Trump fue la que trajo la plata…
Sin duda -aseveró Pinto-, hay que aclarar a la comunidad internacional que nuevamente se ha perpetrado un golpe de estado contra un gobierno constitucional, democrático que logró el progreso del país -reiteró-. Recordemos que antes de Evo la economía de Bolivia era una de las últimas en el ranking del crecimiento económico, y logramos subir considerablemente. Este ahora es el resultado de los intereses norteamericanos, lo dijo el mismo gobernador de Jujuy que se había financiado este golpe a través de la hija de Donald Trump y ahora podemos ver cuáles son los resultados de esos 100 millones de dólares que han comprado conciencia, lealtades y hoy se masacra al pueblo boliviano en pro de estos intereses imperiales -denunció finalmente-.