El tema vacunas contra el Covid, es una preocupación mundial. En la Republica Argentina, es fuego amigo.
Aquellos que estamos cerca de los 70 años, conocemos las traiciones del peronismo. Los que militábamos en la JUVENTUD PERONISTA de la TENDENCIA REVOLUCIONARIA, el PJ tradicional, ortodoxo, burocrático, derechoso, que apoyó a la nefasta Triple A, nos mandaron a la parrilla a miles de compañeros y compañeras, que fueron torturados, encarcelados, fusilados y desaparecidos.
“El peronismo será revolucionario o no será nada” expreso la entrañable Evita. Hoy, como tanta otras veces, el PJ es un sello que solo sirve para presentarse en elecciones. Olvidaron la doctrina occidental y cristiana. En algunas oportunidades, se unieron a la derecha recalcitrante. El PJ bancó una revista reaccionaria como “EL CAUDILLO” y denunció a los que laburábamos en la vereda opuesta en lo ideológico, como era “EL DESCAMISADO”.
No derramaron una lágrima por los fusilados en Trelew. Tampoco por los que dejaron la vida en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. El PJ siempre se escondió de los genocidas de la última dictadura militar. El pejotismo se nucleó de simpatizantes del fascismo y es por eso que a muchos perucas, les dicen fachos. A los peronistas revolucionarios, nos tildan de zurdos.
Hay que aceptar que el PJ fue, es y será una bolsa de gatos, porque como dice el dicho popular “de noche todos los gatos son pardos”.
En nuestros días, el PJ no se sabe donde está parado, si a la derecha, a la izquierda, o en el peor lugar, que es sin dudas, la tibieza.
Nunca se sabe para donde puede dirigirse el PJ, en lo personal, entiendo que está muy desorientado. No tiene un rumbo autentico. No sabe si apoyar al Presidente de la Nación, o refugiarse detrás de la Dra. Cristina Fernández o de Máximo Kirchner y La Campora.
En definitiva, el PJ es un laberinto, y como tal, es difícil salir.
Los peronistas auténticos estamos esperando la revolución social y mientras tanto, y hasta que esto ocurra, seguiremos fogoneando el legado del General Perón, que expresó que “las revoluciones se hacen con tiempo o con sangre”, y los peronistas auténticos, lo que no tenemos es tiempo.
