NO DEFIENDE PUEBLOS, DEFIENDE DICTADORES
Por Carlos Galli.
No tiene poder en el país que «gobierna», y pretende tenerlo en la OEA.
Cómo presidente de la CELAC, tiene menos peso que una pluma.
Mamadera de Biden y de los EE.UU. Aprenda un poco del primer mandatario chileno, que es de izquierda de verdad.
Usted Dr. Alberto Fernández, en su retórico discurso en la Cumbre de los países americanos, NO defendió a los pueblos, defendió a los dictadores.
Sé que esta nota de opinión puede tener reacciones dispares, porque en nuestro país, hay cientos de miles que se babean por Maduro, por Ortega y por Miguel Díaz Canel.
Un discurso de diez minutos, hueco, vacío, y como es habitual, tibio como el agua de los fideos en baño maría.
Desde que asumió, hasta ayer, más de una vez me dió pena y lástima. Hoy me da vergüenza y asco. Muchos colegas dirían, «dicho esto con todo respeto». Yo no, porque no lo respeto. No puedo respetar a alguien que me prohibió despedir amigos y familiares víctimas del COVID. ¿Cómo voy a respeta a quien con su cuarenta eterna, fundió comercios, Pymes, fábricas?
¿Cómo voy a respetar a quien con su dedo índice nos acusa y nos juzga de todos los males? ¿Cómo voy a respetar a quien nos privó de nuestras libertades individuales?, y fue el primero en borrar con el codo lo que escribió con su mano (DNU).
Papelonesco el discurso en la cumbre.
Presidente, usted no es un estadista. Ni usted imaginó ser Presidente de la Nación. Está preparado para ser un buen lobysta, un buen operador, pero el sillón de Rivadavia le quedó inmenso. No tiene votos, no tiene dignidad, no tiene espíritu de valentía. Traicionó a los millones que lo votaron, con un discurso peronista que no siente y que no es. Es tan sólo un socialdemócrata paupérrimo.
En los EE.UU. no defendió pueblos oprimidos, se esforzó enormemente en defender tiranos y dictadores.
Por favor Presidente, no insulte al pueblo y nuestra inteligencia. No nos tome más de imbéciles como lo hizo en plena pandemia.
En otras palabras bien populares, no nos tome de boludos.
Será recordado por la historia, como el peor Presidente de la democracia. Y por nada más.
POSDATA:
La dirigencia política está midiendo quien la tiene más larga.
Pero ocurre, estimados lectores y amigos, que el orto (huerto en italiano) es nuestro.
