¿NO CONSIGUIÓ LA ESCOBA?
Por Carlos Galli.
Es evidente que el «súper ministro» Sergio Tomás Massa, no pudo conseguir la escoba para barrer a los ñoquis de LA CAMPORA, como prometió en su paupérrima y mentirosa campaña.
Admito que hay que tener una escoba muy especial, para poder barrer tanta mugre.
Claro que slogan fue expresado cuando era el otro Massa. El del impresentable Frente Renovador. Ese que se opuso a Cristina eterna, y hoy está bajo sus polleras.
No es que fuese un Massa distinto, ni mejor. Es el mismo de siempre, que va según soplen los vientos políticos. Es como los autos locos de un parque de diversiones. Gira a la derecha y a la izquierda, con la misma facilidad con que usted o yo, encendemos un fósforo. Nada más sencillo.
Es un ciego, guía de ciegos. Pertenece a una generación de víboras. Es como los sepulcros, blancos y limpios por fuera pero por dentro llenos de miserias y podredumbres.
S parecería, lo digo en potencial, que se le allanaron los caminos para postularse a candidato a Presidente, siempre que la Dra. Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner, cumpla con su palabra de no ser candidata a nada, ni figurar en ninguna lista, ni siquiera como candidata a Concejal por Río Gallegos, aunque en verdad, con la vicepresidente, nunca se sabe, porque lo blanco, nunca es tan blanco, ni lo negro, nunca es tan negro. Por eso existen los grises, especialmente en la dirigencia política en general.
Sergio Massa, es lo más parecido al popular dicho que dice: «perro que ladra no muerde». Mucho ruido y pocas nueces. Pero también es como los gatos, políticamente, tiene siete vidas.
El desearía ser Presidente de la Nación y su esposa, Intendente o Intendenta, así respeto el género. ¿Podrán?
A el hay que decirle y explicarle que es el verdadero peronismo. El auténtico. El que soñaba nuestra única abanderada, la entrañable Evita.
Y a ella, ya que hoy dirige AySA, desasnarla y explicarle que el agua moja
Falta mucho, pero no tanto.
Que tenemos que hacer los verdaderos perucas. Sencillo, buscar un líder PERONISTA. Porque todos lo demás, son SARASA SARASA.
