NI PAUTA, NI SOBRE
Por Carlos Galli.
Tengo la enorme dicha de ser un periodista, total y absolutamente independiente.
No vivo de la pauta oficial, ni de ningún sobre pesetero como lo hacen los mercenarios.
Trabajo para AGENCIA COMUNAS, donde el directorio me permite escribir con libertad total.
Trabajé en Ámbito Financiero en la época de Julio Ramos. Jamás me han cambiado una coma. Lo mismo ocurrió en Editorial Perfil, como también, en Tiempo Argentino.
Nunca tuve un padrino y siempre fui equilibrado, aunque todos conocían mi ideología peronista.
Por esto me permito expresar lo que pienso, sin ponerme de rodillas ante el poder de turno. No le debo favores a nadie, ni a los grandes dirigentes, ni a los cuatro de copas, que son muchos. Generalmente son aquellos que creen que son útiles y son meros serviles, sin convicciones, que lo único saben es obedecer y decir siempre que SI a todo, lo que le piden, aunque esto perjudique a otros.
Al ser independiente, no tengo que pedir favores para conseguir una nota o reportaje. Si lo consigo, mejor, pero no me arrastro ante nadie para lograrlo. «Colegas» que se rinden ante el billete o la publicidad oficial. No los juzgo, solo digo que yo no hago. Napoleón dijo: «todo hombre tiene su precio». Se equivocó. No todos.
Algunos y algunas, preferimos padecer agravios, sed o hambre, antes de tranzar con la decadencia dirigencial, que creen que el vil dinero todo lo compra. No es casual que La Biblia dice: «el amor al dinero es la raíz de todos los males».
Existen periodistas brillantes, buenos, mediocres y también los panqueques, que como tales, se dan vuelta en el aire. Que van como sopla el viento. Algunos son siempre oficialistas, que los transforma en sicarios de la prensa. También están aquellos que creen tener la verdad absoluta y revelada. No tienen inconvenientes en dar una información, para luego desmentirla y quedan siempre invictos.
Ninguno resiste un archivo, ni siquiera aquellos que somos independientes, porque ocurre que no somos inmaculados. Aunque seguramente, tenemos menos posibilidades que nos tiren un carpetazo. Admito que no es sencillo ser independiente, muy por contrario, es lo más difícil que tiene esta profesión.
Están los que te quieren comprar, los que ofrecen el oro y el moro, pero lo más sabio es saber decir que no. Muchas veces me tentaron, otras, directamente me apretaron y amenazaron. Y aquí estoy, diciendo lo que pienso, porque COMUNAS, nunca me bajo línea, nunca me cambio una palabra, aunque en muchos cosas, pensamos muy diferente, aunque somos del mismo palo.
Es la primera vez que hago una nota de opinión de esta magnitud, no me gusta hacer periodismo de periodistas, pero ocurre que cambiando el dial de una radio, o un canal de tv., escucho tantas mentiras, tantas operaciones mediáticas, que dan vergüenza ajena. Todos sabemos quién es quién, y también se sabe qué precio tienen.
Saltan de TN a C5N, o de una radio a otra, como quien se cambia de camisa. Dicen ser corporativos, pero si pueden te dan el último empujón para caerte al precipicio.
Casi siempre, lo que significa que no siempre, la pauta publicitaria manda. Intenta poner los lineamientos y hay quienes se ajustan a eso. Otros, que no tenemos compromisos con el oficialismo ni con la oposición, porque no le debemos favores, escribimos lo que sentimos, guste o no. Nadie está libre de arrojar la primera piedra, pero hasta hoy, profesionalmente y a mis 68 años, nadie pudo comprarme. Puede sonar y parecer estúpido, pero yo apoyo mi cabeza en la almohada y duermo en paz
Pido disculpas a los lectores por ser en esta oportunidad autorreferencial, pero lo hice porque cada día me sorprendo más de los caretas que cambian de colores como el camaleón.
Ejemplos hay muchos, pero los independientes que no cambiamos, porque somos libres pensadores, también.
Ni pauta, ni sobre. DIGNIDAD.
