
El gobierno de ocupación a cargo del prescindente Mauricio Macri renovó conceptos que solamente se podían escuchar en alguna película emitida por Volver. Hoy más que nunca entendemos que es un cipayo, un tilingo, el imperio, todos conceptos que tienen que ver con un ejecutivo entreguista.
Además de la renovación de viejos términos, a casi tres años de su origen en el ejecutivo ya sabemos que este gobierno no es liberal, sino neo-colonizador. Y no es liberal porque no cree en los derechos humanos, ni en el proteccionismo, ni la desmonopolización empresarial.
Tampoco es neoliberal porque a pesar de creer en la libertad de mercado insiste en llevar una política económica que destruya la nación. Y por esta misma razón hoy se asemeja, la Argentina, a una colonia que a una nación. Pero tampoco nos quedaremos en una simple colonia. El proceso que el imperio mas las corporaciones han implementado para todo el continente es la neo-colonización.
Digamos que colonización no proviene de Cristóbal Colón como algunos suponen. Sino que el significado etimológico nos lleva a la idea que colono es el habitante de un territorio que no le pertenece.
Entonces el imperio, hoy constituido por países más corporaciones, avanzan sobre los territorios para saquearlos en sus riquezas y colocar gobiernos títeres que obedezcan órdenes sin provocar un conflicto bélico.
Casos concretos para explicar pueden ser las presidencias de Lula, Correa y Cristina.
Gobernantes que tuvieron en las mayorías su protagonista principal. Hacia ellos se dirigieron para la ampliación de derechos. Al mismo tiempo protegieron las economías con lo cual construyeron un mercado interno para el consumo y que este determinara casi plena ocupación, bajo costo en tarifas, impuestos y alimentos y que creciera el país.
La oligarquía observó de mala manera este proceder del peronismo y se alió con el imperio para vengarse de las mayorías. Por eso utilizó como variante un plan de ajuste mas represión. De esta manera el gobierno de ocupación que ya había conquistado la justicia, el legislativo y la justicia le costó poco implementar un plan genocida.
Todos los pobres que abandonaron esa situación en los gobiernos de Lula, Correa y los k retornan a su vieja amiga, la pobreza hasta que la muerte los separe. Al mismo tiempo, la clase media que muestra una sonrisa por la eliminación de los pobres no comprendió que los próximos caídos en combate son ellos.
En el libro “Fallidos liberales, relatos nacionales” de Russo- Bustamante, se lee: ”ayer la clase media se colgó de un globo para derrotar al peronismo, hoy no entiende como, con un triunfo en las manos, dejó de reunirse con los amigos, hacer asados los domingos, programar vacaciones y utilizar el aire acondicionado. No comprende porque debe dejar el auto en el garaje o apagar las luces. Recién hoy recuerda el 2001, el hambre, la pobreza, el trueque y el detergente suelto. Hoy puede entender lo que decía Robert Kiyosaki: “los pobres y la clase media trabajan para ganar dinero. Los ricos hacen que el dinero trabaje para ellos”.
Pero Juan José Hernández Arregui ahonda en el concepto colonizado. Lo hacía cuando daba a luz la década del 70 y decía: “el colonizado tanto de la clase oligárquica como de la clase media, acepta su incapacidad, no se encuentra a la altura del colonizador, ni estima posible una cultura propia. El colonizado no comprende que el colonizador es también presa del sistema, pues aquel que lleva atado a un perro está por su parte atado al perro, ya que el colonizador oprime al colonizado pero depende del colonialismo”.
Finalmente se fundamenta la idea del neo-colonialismo en nuestras tierras ya que la economía es conducida por el FMI, el gobierno deposita su patrimonio en el exterior, las clases altas y medias conspiran contra las minorías para beneficio imperial y el sistema trabaja en forma cotidiana para que la plutocracia en el poder vea satisfecha sus más oscuros y miserables deseos.




