MIGUEL ANGEL LEYES – La impronta de un arquero peronista.

Por Gabriel Russo –
Arquero de la Selección Argentina campeona de los Juegos Panamericanos de Cali en el año 1971. Así generalmente se identifica a Miguel Angel Leyes, ex futbolista que supo jugar en Huracán en la década del ’70. Jugaba de portero y pasó por diversos equipos de Argentina, Chile, México y Ecuador. Leyes ofrece testimonios a Comunas, de la impronta que dejó en su apasionante carrera deportiva y confiesa haber quedado cautivado por el General Perón luego de un encuentro con él “ahí me convertí en peronista hasta los huesos”.
¿Vos te nacionalizaste chileno?
Efectivamente, y en Huracán en realidad estuve poco tiempo. Yo viajé a Ecuador, estuve un año allí, salí campeón por Liga deportiva universitaria, de ahí me fui a Méjico, jugué en Potosino, y de ahí me regresé a Chile, donde estuve como diez años. Tuve la suerte de tener regularidad en ese país y me nacionalicé chileno. Obviamente tengo doble nacionalidad.
¿Y fuiste pre seleccionado en la Selección de Chile?
Sí, en el Mundial de España y lamentablemente tuve una fisura en la mano pero no era el titular, estaba Mario, muy bueno para la época. Tuve la satisfacción de jugar en varios equipos. Salí campeón con Colo Colo, con Universidad Católica y me retiré también ahí en Chile.
¿En el ‘84 estuviste en Huracán de vuelta?
Sí, con Claudio García, con Morresi, recién empezaba…
¿Para la época que gobernaba Pinochet, cómo era jugar en ese ambiente?
A nosotros no nos molestaban. Yo estuve en la época en la que estaba el toque de queda y no se metían con los deportistas, pero para la gente fue muy complicado. El tema seguridad, imagina que a las diez de la noche no se podía salir hasta las seis de la mañana. Podías salir con las luces prendidas del auto en caso de emergencia, después eso se fue aflojando y se volvió a la normalidad cuando vino Aylwin.
¿En qué barrio de Santiago de Chile vivías?
En La Reina, un lugar muy lindo, al lado de la cordillera, donde pasé una linda época y estancia en el aspecto deportivo. En Santiago estuve dos años, pero estuve en Viña del Mar, jugué la Copa Libertadores ahí, también en Rancagua, y terminé en Rangers de Talca.
¿Hiciste diferencia con los pases?
Para serte sincero en esa época no se ganaba el dinero de ahora. Bajo ningún punto de vista. Yo salí afuera y en lo que más gané fue en darle buena educación a mis hijos, viajé con ellos, el intercambio de cultura fue muy enriquecedor en toda América Latina, y cuando ya la recorrí me convencí de que las cosas que hay acá en este país (Argentina) siguen siendo maravillosas.
En ningún país un barrendero puede ser Abogado, ni médico, solamente en Argentina donde la educación es gratis, la Universidad, la Salud- todo atado con alambre-pero a pesar de los momentos difíciles se encontraron siempre soluciones. Y todo eso lo debemos obviamente, al General Perón- dijo Leyes entrando sin proponérselo en el tema de la política.
En el año ‘74, antes de morir, el general nos citó a la Quinta de Olivos a Huracán, Rosario Central, a Lole Reutemann, a Monzón y nos dio una medalla. Nos habló dos horas. Para mí fueron diez minutos . Me cautivó y me hice peronista hasta los huesos.
Recuerdo una anécdota que contó el General, que ya se hablaba en el ’74 de que había mucha delincuencia, que estaba peligrosa la calle, y dice que una vez en la época de él, vino el Jefe de la Policía y le dijo: General, tenemos un problema, y él le dice, qué pasa?. No tenemos presos, qué hacemos?…No había delincuentes en esa época…¡Cómo cambió todo, no!
Lo que escaseaban eral los Medios de comunicación, ahora hay demasiado y repiten 20 veces la nota del robo de la mañana y te enloquecen…¿Cuál es la anécdota del fútbol que no podés olvidar?
Una sería esa que te dije con el General, que para mí marcó mi vida política, y otra la del flaco Menotti, por ejemplo, que me dijo cuando debuté: “Mire, para ser arquero a Usted le tienen que hacer para aprender el puesto cien goles, pero le tengo que aclarar, que no lo hagan en un año, porque si no, no juega más al fútbol”…