Micki, el legendario hotel de los músicos narrado por su dueño.

Por Gabriel Russo –
En el entorno del animado Microcentro porteño, donde se conjugan comercio y cultura, funciona un hotel legendario que mantiene desde su creación el nombre de Micki. En diálogo con Comunas, su actual dueño Norberto Quinteiro narra anécdotas de la creación del inmueble ubicado en la calle Talcahuano 362, por donde pasaron figuras notables de la música.
“La historia del Hotel es bastante parecida a lo que es la ciudad de Buenos Aires, muy dinámica, y de la historia real del país también- afirma Quinteiro-, está ligada a lo que hacían los inmigrantes cuando llegaban acá a trabajar de lo que podían. Uno de esos inmigrantes fue mi papá que junto con otros gallegos decidieron ver si existía la posibilidad de hacer algo en común.
¿Por qué Micki?
Según cuenta la leyenda -nunca comprobada- parece ser que Micki era el original dueño un americano, y mantiene ese nombre desde sus orígenes por un tema de tradición ligado con la suerte.
“Yo era Micki, mi papá era Micki, y cada una de las meseras también lo era por el nombre original que tuvo el hotel. En realidad mis viejos fueron comprando cada uno de los pisos en los cuales funcionaba un hotel en cada piso, y cuando pasaron a comprar el tercero en el cuarto él dijo: acá hasta que me llegue algún habitante o turista que quiera ocupar el cuarto piso van a tener que pasar por los tres primeros, y así fue.
¿Por qué es de los músicos?
Un poco por la ubicación geográfica que tiene, al estar a dos cuadras del Obelisco y muy relacionado con la ciudad de Gardel y de la música; después porque Talcahuano entre avenida Corrientes Y Sarmiento, justo es la cuadra de la música. Desde Corrientes hacia el lado de Rivadavia donde se desarrollan todas las casas de instrumentos de música, así como Libertad, es la cuadra de las joyas. Los músicos de la década del ‘60, ‘70, y ‘80 venían a las casas de instrumentos de música y solían parar en el hotel.
¿Uno por ejemplo fue Javier Martínez, el baterista de Manal?
Si, a él lo atendía particularmente mi papá porque solía ir después de tocar jazz, blues, rock y a pernoctar lo que le quedaba del día, hasta el otro día en el hotel. y como yo nunca lo había visto había pasado como 25 años un poco más desde su éxitos con Manal, uno tiene una imagen de ese músico cuando era muy joven y se presentó pensando que iba a estar mi papá y lo atendí yo. Sabiendo que no le quedaba otra me dio su nombre, su apellido, y su número de documento. Al decir Javier Martínez no sé por qué lo relacioné con el grupo, quizás por la voz porque ya la imagen de él no era la que yo conocía del músico de pelo largo , el bigote y barba en algún momento. Entonces levantó la vista me miró y me dice : sí soy yo viste parece que me pasó un camión por arriba, y yo dije no… ahí empezamos a charlar; a partir de ese momento hicimos una especie de relación porque solía venir a comer etcétera tenía la misma habitación disponible. Quinteiro narró también anécdotas picantes de infidelidades del cantante Cacho Castaña sorprendido in franganti en una habitación del hotel, y sumó otro recuerdo sobre Papo.
“El mundo de la música es muy bohemio y a los músicos les encantaba este tipo de hoteles aunque pudieran alquilar una habitación en un hotel mucho mejor sobre todo los músicos de rock y de Blue, como que buscan acá su inspiración.
Uno que no es muy conocido se llamaba Jorge Pasquali –agregó. A quien había dejado de verlo dos o tres años. Un día apareció en el lobby desmejorado y me dijo: vengo a morirme acá en Buenos Aires. Y así sucedió .Por eso también es un poco el hotel de los músicos…
Ahora vos sos el dueño ¿se trabaja bien?
Se debería empezar a trabajar bien porque el turismo debería funcionar como antes por la ubicación privilegiada que tiene este hotel y su historia- señaló Quinteiro remarcando la dirección: Talcahuano 362.