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Mezquindades

Por S. Di Giovanni

El gobierno derechista de Mauricio Macri continúa con su hoja de ruta y en ella los trabajadores siguen en la banquina.  En tránsito  hacia el 2017 Cambiemos, reforma electoral mediante, busca el vehículo que lo acerque al 2019 para estacionar y quedarse en esa parada. Lo cierto es que el país sigue marcha atrás y la oposición dividida deja de a pie a aquellos argentinos que entendemos que el endeudamiento y el ajuste sólo sirven para la consolidación de la plutocracia.

Pedirle democracia, justicia social, sensibilidad, e independencia económica al amarillo gobierno es como creer en la bondad de Feimann, el amigo de Fantino.

Cambiemos no demuestra liderazgo pero emplea todo su potencial en la destrucción mediática-judicial de Cristina Fernández, hoy por hoy la dirigente opositora con mayor intención de voto. En esa miserable misión se haya involucrado todo el sistema político con la colaboración necesaria e inexplicable del partido justicialista.

Quien más quien menos dentro de la corporación justicialista arriesga una unidad, pero para el 2019, en la elección de medio término el objetivo es derrotar a Cristina caso contrario deberán emigrar a Tigre.

Pero la mezquindad política no tiene capacidad de reacción. Tratan de inventar a un Florencio Randazzo con un 5 por ciento de intención de voto  para la eliminación de Scioli y la ex presidenta que sextuplican al hombre de Chivilcoy.

Hoy la gente apoya a la ex presidenta pero el partido justicialista se encuentra en la dura batalla de eliminar a Nuevo Encuentro y la Cámpora. Y aquí está el problema. Consultado varios dirigentes justicialistas la respuesta al unísono fue la siguiente: “Con Cristina no tenemos problemas, pero no podemos acordar con unos muchachos que nos llevaron a la derrota dos veces consecutivas y es el día de hoy que pretenden encabezar y armar la lista para otra segura derrota”.

Entonces, ¿Dónde deben pararse las bases,  los militantes, aquellos que no viven del partido, aquellos que necesitan un gobernante que piense en mayorías y no en negocios? El dilema es Cristina o el PJ. Esta dualidad no debería discutirse, y aquí entran a tallar las miserias, los egoísmos, las mezquindades y todo aquello que abone el campo de la mediocridad. La grandeza no ha visitado las ilustres mentes de la oposición, pues si así hubiera ocurrido la cuenta es muy fácil, la unidad llega de la mano de aquellos lideres y atrás empujando los perdedores de la última elección. Nada se puede construir con derrotados inundados de pecados capitales. La gente debe recibir una oferta que garantice la felicidad interrumpida por un gobierno conservador.

El 2019 el peronismo debe ocupar el gobierno pero además el poder para hacer eje en la independencia económica, soberanía política y justicia social. A través  de esas ideas fuerzas el pueblo volverá a sonreír porque este será leal y debe serlo siempre a una causa con independencia de los nombres. El sustantivo y el verbo ante todo. Volver a estar orgulloso de un país al margen de este u otro dirigente y el mensaje debe captarlo y utilizarlo también la conducción. No entrar en el juego amarillo que fragmenta, paga y divide para la consolidación corporativa. Si a fines del 2018 nos encuentra como en la actualidad el conservadurismo seguirá imponiendo sin solución de continuidad al infierno tan temido, la entrega y el empobrecimiento de una colonia que alguna vez supo ser una Nación.

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