Opinión

MARCHAS

Por Dany Wilde.

Una marcha por aquí, otra por allá y una que baja y se pierde. Marchas piqueteras, reprimidas, por el pañuelo verde, el blanco o el naranja, marchas y más marchas con gente que sin ton ni son caminan gritando lo que indican coordinadores para hacer ruido por causas inconclusas. Marchas que detienen el tránsito, que cortan calles, que molestan, que no producen, pero por sobre todas las cosas no logran un objetivo final nacional ni popular, solo salvan la renta de tres o cuatro oportunistas de siempre.

Calles cortadas, gente que se enoja y trabajadores que se encolumnan para pedir algo que no se les otorgará. Todos los martes el Polo Obrero acciona su estructura para hacer caminar a sus planeros y que molesten a otros compatriotas para lograr el objetivo de molestar y cumplir con la derecha, una sana costumbre en el Partido Obrero. Gracias a este accionar se factura 272 millones de pesos anuales, ahora aumentará, y no colocó un solo diputado en el Congreso, o sea nadie se siente representado.

Allá a lo lejos y en el tiempo quedó el 17 de octubre o las marchas en contra de la dictadura. Esas valían, no había planes ni pertenencia partidaria. Era por una causa popular y nacional.

Avanza el tiempo y la decadencia. Siempre decimos que todos unidos triunfaremos, que si nos ponemos a trabajar todos juntos este país sale o sale, si marchamos diariamente por un ideal la derecha cae y siempre terminamos sin estrategia, con logística pero sin objetivo.

Si mañana hacemos 100 marchas por el aumento de salario o jubilaciones nada lograremos, entonces ¿Para qué lo hacemos? Solo para que cobren notoriedades dirigentes de cuarta, que mañana serán diputados. Desde este espacio no estamos en contra de las movilizaciones ni de los planes, si estamos en contra de los vivos, de los tránsfugas.

Armemos una acción política, que puede ser o no marcha, tengamos presente la logística o sea el armado, pero concentrémonos en un objetivo final positivo. No sirve la gente en la plaza o en el obelisco, salvo para festejar, pero si cambiamos de rumbo y hacemos esa marcha a un domicilio la cosa es distinta. Si en lugar de escuchar discursos vacíos y tribuneros hacemos marchas diarias de silencio con acampe en las casas del poder, otra es la historia.

Por eso terminemos de cansar a la gente, no obliguemos a marchar por un plan y hagamos política pero en serio basta de berretadas, basta de trabajar para los medios, basta de pensar en la próxima elección, basta de pensar en el poder y volvamos a pensar en el pueblo. ¿No le parece?

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