El futuro ex presidente Mauricio Macri trata de no participar del centro de la escena amarilla.
Cristina también se corre. Claro que la razón es diferente para ambos. Macri se aisla porque su
imagen es sinónimo de derrota, Cristina es el triunfo popular pero no quiere boicotear la
campaña por un problema de egos.
El peronismo se apresta a derrotar en octubre al peor gobierno de la historia argentina. El
prescindente mintió al pueblo durante tres años y medio, les mintió a sus seguidores en el
mismo período y sus ojos, Marcos Peña, le mintió a él. Dos días antes de las paso Macri sabía
que perdía por dos puntos y con grandes posibilidades de triunfar en un balotaje.
Peña para conservar el trabajo hizo publicar encuestas truchas y para colmo de males, en un
momento creyó su mentira, se la trasladó a su amigo el empleado público que más gana y
ambos fueron derrotados en soberbia y soberana paliza nacional y popular.
Aunque Macri niegue las Paso ya el hijo de Franco es historia. Sus ojos tuvieron mucho que ver
en la derrota. Además Peña fue partícipe necesario de la derrota de Vidal, la leona que tanto lo
odia.
El caso Vidal es casi imposible de revertir. Máxime que no hay balotaje y la diferencia de Axel
sobre Heidi fue mayor que la de los Fernández sobre Mau. En los primeros días de setiembre,
la leona alcanzó a llenar la mitad de la Plaza de Morón, distrito donde cayó derrotado su ex
marido y también ella. En esa reunión de cumple sin sanguches ni Coca, Vidal se emocionó
porque sabía que era su despedida.
Solo Larreta puede llegar a ganar pero igualmente está muy nervioso. Lammens pasó de 33
puntos a 39 y el amigo de la Leona de 46 a 48. Le faltan dos puntos y monedas para ganar en
primera vuelta pero el presidente de San Lorenzo viene sumando gracias a una cumbia y la
alegría peronista.
Macri ya fue, Vidal ya fue, si vos querés Larreta también, reza el coro de una cumbia que se
impuso en la militancia y permite algo de felicidad en la tristeza argentina.
Se vienen meses difíciles pero con esperanza. Fernández recorre Europa y es recibido como
presidente pero sabe que no la tiene nada fácil. Encontrará un banco Central vació, deuda a
100 años, pobreza en un 40 por ciento, desocupación de dos dígitos, pymes cerradas, gente
más pobre que antes, pero también encontrará en los rostros argentinos fé y esperanza.
Las mayorías presuponen un gobierno de corte nacional, popular e inclusivo. La gente acompaña a
los Fernández porque sabe que cuatro años más amarillos es una tragedia. Por eso el Alberto,
no la tiene fácil. En su mente está el armado del gabinete, la situación geopolítica argentina en
el 2020 y la idea de no defraudar a millones de argentinos que confían en él.
Por ahora Macri ya fue, Vidal ya fue, si vos querés Larreta también.
