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Macri, un revolucionario

Por Kurt Winkels

Contaba Arturo Jauretche en “Plan Prebish, retorno al coloniaje” que el plan económico del 55´ se trataba de un proyecto perverso cuyo objetivo era desindustrializar la economía y que pretendía salvar al país de una catástrofe que solo existía en la inventiva de su autor.

En 1970 Prebisch le cuenta a la socióloga Celia Szusterman que el informe que había presentado a la Cepal, que luego fue base del desarrollo económico de la revolución fusiladora, reflejaba su predisposición personal y había tendido a exagerar la gravedad de la situación. El economista, en privado ante la investigadora, admitió que se dejó influenciar por sus amigos.

Tracemos paralelismos entre Prat Gay y el economista mencionado. El plan del ministro de Macri, técnicamente, es igual al de Prebisch, ya lo hemos comentado en ediciones anteriores. Ya resulta aburrido decir que los dos congelaron salarios, respaldaron al agro y abrieron importaciones entre las medidas más importantes y que de esta manera se enfrió la economía y el crecimiento del país.

Jauretche hablaba, en su libro, que el objetivo del economista estrella de la década infame y la revolución que derrocó a Perón era desindustrializar el país. Jauretche acertó. ¿Y hoy como andamos?, nos interrogamos.

En un paneo rápido sin mayores detalles vemos como la desocupación crece  esperando un ancla en el 15 por ciento,  tal cual lo adelantara Carlos Melconian.

Un dólar planchado y una inflación alta con altos intereses y la promesa de Sturzenegger de bajar las tasas cuando baje la inflación. Los salarios de los trabajadores que quedan totalmente congelados y un consumo que bajó un 20 por ciento en cuatro meses. Un escenario, a medias, pedido por la familia Rocca ya que Techint siempre se quejó de los sueldos de los obreros. Los Rocca de hoy empezaron a sonreír cuando el salario -que iba al tope de las posiciones en América Latina hasta el 2015- hoy se halla en el séptimo lugar. Claro que la alegría no es completa porque los trabajadores de sus empresas dejaron de consumir y han cortado la línea industrial. “Todo no se puede”, diría el presidente.

Prat Gay prometió inversiones. Con este panorama solo llegarán inversiones financieras, productivas, difícil que el chancho chifle. El pedido de Techint a los Macri está costando caro. Cabe recordar que quien originó la empresa, Roberto Rocca llegó a la Argentina en 1947 desde Italia con una mano atrás y otra adelante y que gracias al gobierno de Perón y sus préstamos a empresas chicas comenzó a instalar Dalmine Siderúrgica.

Jauretche hablaba de falta de industrias. Bien, Macri representando a las corporaciones determinó que muchas empresas cerrarán por la imposibilidad de cumplir con los pagos en los servicios. Las tarifas de luz, gas y agua dan muerte civil a las PYMES, aumentan la desocupación y a nadie se le ocurre fundar una empresa. El mercado interno está agonizando.

Si, por ejemplo subsidia este gobierno a empresas norteamericanas. Tal es el caso de Mc Donalds que para promover el empleo joven acordó con una empresa de servicios la contratación de jóvenes a sueldos más bajos que los mínimos con la condición que el 30 por ciento lo aporta el estado. Son los primeros planeros yanquis.

El objetivo político de los libertadores del 55´ era demostrar que la corrupción peronista era la artífice de la pobreza generada por ellos mismos. Casi lo logran,  pero el pueblo fue, es y será siempre sabio. Hoy en día, los medios dominantes no explican que el modelo financiero armado por el círculo rojo e interpretado por Macri y Prat Gay tiene como objetivo un 15 por ciento de desocupación y la pobreza generalizada. Por el malestar general la culpa cae en Báez, López y algún busca del empresariado local que responsable o no de sus actos comerciales nada tiene que ver, políticamente hablando, con el gobierno K. Y para cerrar la idea, la Doctora Lilita se encarga de visibilizar el odio hacia un gobierno que logró instalar la idea satelital y bajó la desocupación al 6 por ciento. Hoy Macri busca a una Cristina culpable,  pero nuevamente el pueblo aplicará su sabiduría.

Veinte y cinco años más tarde de su entrada al gobierno Prebisch confesó que su idea era errada y que sus amigos lograron torcer su pensamiento y hacer que el fuera el gestor de la decadencia económica de mediados del 50´. ¿Tendremos que esperar ese mismo lapso para que Prat Gay confiese que su idea es equivocada y actúa así porque las corporaciones supranacionales lo ordena? Macri inició su gobierno bastardeando el concepto revolución, quizás la revolución existe pero en sentido contrario. Quizás el término que corresponde a quien destruye 12 años de crecimiento en 6 meses, sea ese. Si esto es así, entonces Mau es un revolucionario.

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