
La campaña empezó. Todo el día en los medios existe un solo tema, la inseguridad. Detrás de esto aparece el oficialismo con la transparencia, la moral y frases grandilocuentes como “el que las hace las paga”. Macri vestido de Illia, Mahatma Ghandi y Luther King sigue hablando de la corrupción, la deshonestidad y demás conceptos que conoce plenamente. Pero Macri cumple con su libreto. Hace su campaña y va en búsqueda del triunfo.
La sociedad mientras tanto se divide en quienes apoyan al oficialismo, quienes no y aquellos que se hartaron de todo. En otro tiempo Macri sería un rival fácil de vencer, hoy no.
La oposición también está travestida. Sergio Massa anunció su candidatura a presidente. Sigue combatiendo a Macri pero extraña el Parlamento para poder indicar a sus hombres que todo aquel deseo del presidente sea votado. El socio perfecto de un Macri, que sigue segundo en las encuestas, pero gracias al hombre de Tigre puede ser reelecto.
Roberto Lavagna es el otro dirigente que el sistema intenta seducir. Luis “jamás trabajó” Barrionuevo apoya su candidatura. Todos lo buscan para que la sociedad caiga en la trampa. Lavagna puede conseguir algunas bancas para algunos amigos pero su candidatura solo sirve para restar a Cristina. Difícilmente sea presidente.
La izquierda trokista en manos de Nicolás del Caño seguirá repitiendo que no se puede vivir y que la culpa es de Cristina. En síntesis, el sistema se alineó antes que los planetas para que el ajuste siga cuatro años más.
Lamentablemente Macri no es el problema. El enemigo de la gente es la gente. No hay otro enemigo del pueblo que el pueblo mismo. No hubo gobierno en la historia argentina tan burdo, mediocre y entreguista como este. Pero puede ganar. Y porque puede ganar?, porque el pueblo en lugar de votar a quien tenga posibilidades ciertas de vencerlo, divide el voto. Un segmento vota a Massa y odia a Macri, otros votan la honestidad de Lavagna y odian a Macri, otros votan en blanco y odian a Macri. Conclusión, las mayorías odian a Macri y lo odian tanto que le darán el triunfo.
Cuatro años de ajuste fueron nefastos. Como cree que será otra gestión amarilla?, igual a esta. Discursos vacíos, mentiras medíaticas y hambre y más hambre con tarifas cada vez más caras y salarios y pensiones baratas. Nadie le dirá a quien votar, solo piense según sus intereses. Y los intereses de las mayorías no pueden ni votar a Macri ni votar a otro que pierda y solo sirva para colocar diputados que alzarán sus tres manos para certificar deseos presidenciales. En una palabra, piense el voto, no lo tire. Se está jugando la vida en la próxima elección, no la pierda.