
Carlos Menem, presidente, supo declarar:”leo mucho a Sócrates. En mi biblioteca tengo la colección completa de sus obras”. Espero que no deba que aclarar que Sócrates nunca escribió un libro sino que hay registro de sus dichos a través de los escritos de Platón. Por él sabemos que alguna vez Sócrates dijo: “yo solo sé que no sé nada”. Macri en este sentido iguala al filósofo griego ya que no sabe nada de nada y él lo sabe.
Macri, que no lee siquiera el dorso de los sobrecitos de azúcar, suele enfrentarse al periodismo y decir, “vamos por el camino correcto”, el ajuste” es el camino correcto”, “estamos defendiendo el salario de los trabajadores”, “en Telam había superpoblación de gente” y otras frases sin contenido alguno donde el futuro ex presidente demuestra en forma cotidiana que sus escasa lectura y su alta perversión.
También uno se puede equivocar y desconocer que la lectura principal del Pro sea “Razones climatológicas del uso de la minifalda” de Sol Perez. Se presume que este libro si lo leyó ya que al igual que Marcos Peña al unísono declaran ”ya pasaremos la tormenta”. Siguiendo con estos húmedos dichos, el prescindente afirma “esta tormenta no nos va a llevar a una crisis parecida a las del pasado”, “ya pasamos la tormenta cambiaria” y demás frases en una Argentina donde llueven malas noticias, denuncias de corrupción y piedra pero inversiones nada. Fuentes calificadas han hecho saber que en la próxima conferencia, Macri saldrá con el paraguas de Rucci, la remera de Pilotos Perramus y el audio de Pilotos Acuamar, que es impermeable se lo puedo asegurar”.
Tanta tormenta mojaron los circuitos del cerebro presidencial y le hizo cometer un fallido cuando en otra respuesta aguada contestó “ vamos a arriar las bande, perdón las velas del barco y bla, bla, bla, barco que uno supone que se habrá hundido por tanta tormenta que da cuenta el líder amarillo.
Cuando se observa a Macri, que es Blanco Villegas, también se recuerda a Carlos, que es Menem, con frases del tenor de “acá no se trata de sacarle a los ricos para darle a los pobres como Robinson Crusoe”, o “pende sobre nuestras cabezas la espada de Penélope” entre otras grandes frases que han pasado a la historia.
De todas maneras Macri, que es Sócrates porque siempre en su pensamiento dirá “yo solo sé que no sé nada”, resolvió otra conferencia de prensa con más pena que gloria. Habló de tormentas y estaba su esposa Awada, aguada como sus declaraciones que solo conforman a ignorantes y trolls votantes de un espacio que realizó una estafa electoral y que día a día va meditando sobre su permanencia en Balcarce 54.
No obstante, a pesar de todo, el prescindente sigue en su cargo. No le tiembla la voz cuando declama a todos los periodistas “ hemos producido 700 mil puesto de trabajo”. La verdad es que los nuevos empleos totalizan 195.000. Pero claro, el ciudadano no entiende por qué tanta mentira, tanta perversión en el accionar del gobierno. El habitante de este rincón sureño del planeta desconoce el Manual del Pro para declaraciones informales, formales y demás yerbas. Y dice:
Si se mueve, se lo reprime
Si no se mueve se pinta de amarillo,
Si era gratis, se cobra
Si era barato, se aumenta
Si es abierto, se lo enreja
Si es opositor, se lo espía
Si sale mal, se le echa la culpa a otro
Si se nota demasiado, se piden disculpas
Por eso, para la próxima conferencia de prensa ya sabemos que Menem leyó a Sócrates, que Macri no lo leyó pero lo imita y que además usa piloto Acuamar, se lo puedo asegurar.