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Los trabajadores si piden permiso

Por Gabriel Princip

Que el modelo económico del amarillo gobierno está generando pobreza y desocupación no es novedad. Que continuará así y que el trabajador seguirá perdiendo poder adquisitivo tampoco es nuevo. Entonces, ¿Cuál es la herramienta para detener un plan que no incluye y si excluye? El paro, la huelga un derecho del obrero que hoy su organización no lo pone en práctica.

La CGT mira hacia arriba, se dan consejos entre ellos, silban bajito y buscan el diálogo que en otros gobiernos no interesaba. Hoy el poder está dentro del gobierno y los dirigentes gremiales saben interpretar al poder pero no al trabajador.

De todas maneras un paro general no haría cambiar los planes del gobierno pero sería una muestra de que los representantes gremiales trabajan para su gente y no para el círculo rojo. En una palabra, los trabajadores piden permiso para ejercer sus derechos. Los ricos no.

La administración Macri no entiende ni atiende a las mayorías y hoy los pobres son mayoría.”De los pobres  sabemos todo, en que no trabajan, cuanto no miden, que no tienen, que no piensan, que no votan, que no creen. Solo nos falta saber, decía Eduardo Galeano, porque los pobres son pobres, será porque su desnudez  nos viste y su hambre nos da de comer?”.

El interrogante que plantea Galeano sería bueno que el sistema lo despejara. Pero hoy los pobres no son prioridad de este gobierno sino una triste consecuencia de un plan excluyente. Un plan que solo favorece a una elite, un modelo que solo hace sufrir. Sufren los comerciantes por las tarifas que determinan su fracaso, sufren los pobres cuya expectativa de vida se achica, sufren los jubilados que se transforman en carga para sus hijos, sufren los maestros que no llegan a fin de mes y deben adecuar su enseñanza a un proceso cultura que los lleva al colonialismo. Las mayorías sufren, pero no el poder y menos aun el presidente.

El escritor Carlos Fuentes dijo” antes de ser presidente hay que sufrir y aprender sino, se sufre y se aprende en la presidencia y a costa del país”.

El plan consolida la miseria, pero también los miedos y mas aun las divisiones.  En estos procesos la felicidad está ausente con aviso pues es suplida por la amargura, el stress, la tristeza y la falta de afecto. Galeano escribió “quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo, unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen”.

Con este panorama, la dirigencia laboral esquiva el bulto. En lugar de actuar en forma rápida y contundente a favor del trabajador sigue pensando en sus mezquinos intereses. Esos morlacos que llovieron, no hace mucho, desde las obras sociales y es la única razón por la cual ocupan cargos que no saben representar. Hoy vemos sindicalistas ricos con sindicatos y trabajadores pobres. Hoy Barrionuevo y el camionero apoyan el díalogo, la misma vara no se utilizo en épocas k. Equivocan el camino porque siguen sin representar a quienes los votan y porque parten y terminan en una idea librecambista, conservadora y foránea. Si no saben, deberían enterarse que los únicos modelos que sirven al trabajador son aquellos proteccionistas y políticamente nacional. Una herramienta para llegar a esta idea es el pensamiento nacional. Ese que supo abrazar hombres de la talla de Scalabrini Ortiz, Jauretche y hasta John William Cooke, que a pesar de provenir del marxismo entró en el peronismo y alguna vez dijo:»El único nacionalismo auténtico es el que busque liberarnos  de la servidumbre real. Ese es el nacionalismo de la clase obrera y demás sectores populares, y por eso la liberación de la patria y la revolución social son una misma cosa, de la misma manera que semicolonia y oligarquía son también lo mismo”.

Hoy el neocolonialismo manda y hace sufrir. El presidente nunca sufrió y no puede entender que pasa en el hogar de un desocupado, tampoco sabe que es el hambre. Sus gobernados  y el gremialismo también lo saben. Es hora de un cambio. La gente dejaría de sufrir con otro modelo, con mayor inclusión. Los gremios mejorarían su imagen ante la sociedad si se pondrían al lado del trabajador y no cuidando la espalda del empresario. El gobierno está en falta, pero le importa poco,  pero quienes no están cumpliendo con su rol de oposición son el partido justicialista y la famosa CGT unificada. Por eso es hora de interpretar a Perón. Nada de marcha, frases célebres y monumentos. Hoy el trabajo de cada agremiado es cuestionar jefaturas que representan intereses patronales, hoy es el turno de las bases que deben sobrepasar a las conducciones, hoy es la hora de los pueblos.

 

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