Alguna vez dijo Alejandro Dolina que: “el diablo tiene cara de estúpido, la estupidez es mala, es reaccionaria, autoritaria, es fascista y mata. La inteligencia unifica y sana”. Con esta idea uno se pregunta ¿quién gobierna CABA? y la respuesta es: -el diablo-, y sus votantes son muy parecidos.
En el peor momento del virus, Larreta ordena abrir todo, que la gente se mueva, que corra, que coma y se emborrache, en una palabra que se enferme.
Del otro lado de la misma corriente o por lo menos eso nos quieren hacer creer, existe una montonera, con pasado oligárquico y presente fascista, ahora internada, que organiza protestas contra el gobierno, también en el peor momento y con un solo objetivo para ella, ser diputada. Y vos matate, da la vida por la banca de la etílica.
Lo cierto es que toda esa gente que habla de trabajo, valores, moral, que reza para que se muera el Papa y todos sus peronchos amigos, se coloca el traje de golpista enfermando y contagiando sin importarle nada. Solo quieren ver un gobierno peronista en retirada, una yegua presa y miles de pobres muertos. En serio, eso pretende. Pero como siempre se dijo en este espacio, que haya nacido en un piso de material no te hace inteligente.
Alberto Fernández tiene una intención de voto del 50 por ciento, Macri del 13 y la ex diputada amante de los flanes ya no competirá, y la etílica es solo eso. En una palabra, se enferman y mueren por nada. Y esto es así porque aumenta el número de enfermos y eso no hará caer a un gobierno, sube la cantidad de muertos de clase media y tampoco irá presa la doctora, si es probable que el domador de reposeras, la enamorada de Peñaflor y algún cipayo más sean diputados el año que viene.
Diste la vida de tu abuela, de tu abuelo, de tu marido. Enfermaste a tus hijos, a tus vecinos, a tus amigos para que la oligarquía siga teniendo privilegios. Además de ignorante y tonto un mal negociante.
Esta es la radiografía del anticuarentena. Compara estadísticas de muertos por accidentes viales o cáncer con el virus. No se da la vacuna porque alguien le hizo creer que es inteligente. Marcha y se contagia para derrotar a un gobierno que está cada día más fuerte, insulta a todo aquello que tiene olor a peronista, banca las vacaciones del peor presidente de la historia, ese que festeja el primero de mayo todo el año.
Ese fascista de escasas neuronas debería saber que el cáncer no contagia, que los choques de autos no contagian y que el virus puede terminar con su familia. Pero es inútil, el autoritario votante de Larreta está contento con ir a tomar un café con barbijo, salir a correr a la madrugada, ver morir a un amigo y contagiarse en la próxima marcha. Y está contento porque todo lo hace por una banca para una montonera retirada y un mamerto que se cansó de estafar y saquear a todo un pueblo. ¿No le parece?
