LOCURA

Por Bret Sinclair.

Vivimos mal y todas las fichas se apuestan a no mejorar el estado de los habitantes de este país ubicado al sur de Bolivia. La realidad es una perfecta locura. No hay precios en los productos. Un café puede costar entre 200 y 500 pesos dependiendo de la región. Un kilo de papas llega a los trescientos pesos y un sanguche de milanesa y un cortado tienen el mismo precio.

El fútbol era un deporte popular donde los socios entraban gratis a la cancha y el resto abonaba, pero podía ir toda la familia trabajadora. Hoy tres personas visitan un estadio por el módico precio de 20 mil pesos.

Vivimos mal porque aceptamos el colonialismo en la vida cotidiana. No somos capaces de transmitir cultura, educación y valores a nuestros hijos. Estamos en un punto de locura tan grande, que George Soros cree que puede administrar el modelo de vida de millones de habitantes del planeta. Lo dramático es que Soros y demás miembros de la elite planetaria piensan igual.

Ellos necesitan imponer un modelo de desigualdad social para crear más y más poder, el problema que tienen es que no saben para que desean tanto poder. Ellos son poderes supranacionales. Solamente Black Rock, el dueño de la vacuna Pfizer es 14 veces el presupuesto de Argentina.

Ellos no tienen representación política, tienen políticos a cargo que actúan de cadetes. Ellos negocian con derechas e izquierdas, compran jugadores de futbol, clubes, son el poder. Todo es de ellos, lo malo, lo bueno, son Dios y el diablo en una sola esencia. Mientras esto sucede nosotros discutimos si Alberto es candidato o no.

Ellos tienen los medios, ellos convencen a nuestros hijos que ser patriota es una antigüedad, que Perón era un nazi y que trabajar es de tontos. Ellos aplauden el Gran Hermano, la timba financiera y la estupidez global.

Ellos son la modernidad. Fabrican celulares, tabletas y cualquier aparato que nos entretenga y nos divida. Hoy por hoy todo humano tienen un celular y en forma constante dirige la vista a ese aparato. Nos distrae, no te enseña y nos idiotiza. Perdemos plata en beneficio de quienes fabrican ese y demás aparatos que solo sirven para colonizar cabezas.

Hoy vivimos en un planeta de ciencia ficción. Una Tercera Guerra Mundial en ciernes. Pobreza y hambre en la mayor parte del planeta donde la cibernética reemplazó a la cultura. Hoy podemos ser el final de la novela La maquina del tiempo, o 1984 de George Orwell, o Un mundo feliz, de Aldous Huxley, novela preferida de la Cía. Lo que era ficción en otras décadas es realidad hoy, en esa locura vivimos. Total decadencia que acompaña a la pobreza y a la incultura, donde la patria es una palabra que alguna vez un maestro la pronunció. Estamos todos locos y nos quieren así. ¿No le parece?