Llegaron en masa, y se quieren ir en estampida.

Por Margarita Pécora. –
El coronavirus lidera, manda y tiñe casi todas las noticias. Los datos del virus alarman o entristecen, por leves que sean. Y por este túnel de noticias de corte sanitario, económico y político, pasan casi inadvertidas las del acontecer migratorio que tienen como protagonistas a los venezolanos que tanto en Chile como en Argentina piden, por miles, volver a su país asustados porque el confinamiento les cerró el kiosco , las changas, el recital en el subte y toda suerte de trabajo informal que realizaban, y ya se les acabaron los ahorros.
Una nota del 4 de mayo publicada por Infobae consigna que 350 venezolanos varados en la Argentina presionan a la embajada de su país para que los devuelva a como dé lugar a su tierra -entre ellos hay chavistas, enemigos del gobierno de Maduro y otros que ni fu, ni fá.
Lamentablemente están en una carrera contra el tiempo, sin dinero, sin trabajo y amenazados por el Covid-19 y el frio. Algunos piensan volverse, como vinieron, atravesando fronteras de países para llegar a la tierra que ahora ven como un paraíso añorado.
También ante la precaria situación que viven en Chile, la cual se agravó bajo la pandemia con la ausencia de una garantía de salud digna para todos, se han volcado cientos de venezolanos pidiendo el regreso a su país, a través del Plan Vuelta a la Patria, que implementó el gobierno de Maduro.
Lo paradójico es que muchas de estas personas durante su estadía en Chile- al igual que han hecho en la Argentina-, despotricaron a diario contra la «dictadura» de Maduro, y llegaron a promover manifestaciones -incluso con violencia- contra la embajada bolivariana.
La realidad es que con el coronavirus subido a la escena imponiendo el confinamiento obligatorio, de repente enmudeció la tonada joropeña que interpretaban los expatriados en las estaciones de todas las líneas del subterráneo en Buenos Aires, junto a vendedores, pregonando empanadas y otros alimentos típicos del país bolivariano. Era la misma postal en el país trasandino.
Porque no todos tuvieron la suerte de ligar un empleo seguro en un supermercado o verdulería, muchos (hombres y mujeres) aceptaron doblar turno en las bachas de restaurantes lavando platos, por el solo derecho a la comida, mientras otros no tuvieron más opción que subirse a una bici a repartir comida a domicilio.
La inmensa mayoría había llegado en grandes oleadas por tierra y por aire, estimulados por la campaña más hostil que instrumentó contra el gobierno venezolano, el ex presidente Mauricio Macri siguiendo las órdenes de EE.UU. y sus aliados en Brasil y Colombia, acusando al gobierno de Nicolás Maduro de tiranía, represión y muerte.
Siguiendo la misma receta de Estados Unidos cuando dio asilo a los cubanos mediante una ley que por largos años excluía al resto de los latinoamericanos, sólo por pegarle a Fidel-, el gobierno argentino de los globos amarillos, recibió, otorgó residencia y facilitó empleo a cientos de venezolanos jóvenes en su mayoría, que nos han inundado con su agradable sonrisa, y su calificación obtenida justamente por los planes educacionales de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Lo único que pedía a cambio el macrismo, era expresiones de odio a muerte contra el “chavismo”, y muchos de los venezolanos que hoy piden regresar a su país, -con algunas excepciones-, complacieron al ex presidente argentino, vociferando rechazo a la Patria, a la que ahora anhelan volver.
Plan Vuelta a la Patria
Desde agosto del pasado año Venezuela puso en marcha una original respuesta a la situación de vulnerabilidad de miles de sus ciudadanos atrapados en países donde migraron, en los que no consiguieron oportunidades de vida, y donde, por el contrario, han sido agredidos, explotados y criminalizados.
El Plan Vuelta a la Patria, fue creado por el Presidente Nicolás Maduro y establece un puente aéreo y terrestre para el retorno voluntario de todos aquellos migrantes y sus familias que carezcan de medios propios para el regreso, e incorpora a todos los repatriados y repatriadas a los programas sociales de Venezuela, los más amplios del continente.
Datos oficiales del gobierno venezolano acerca de la cifra total que emigró a diferentes países, consignan que “el 64% de los connacionales repatriados identificó como primera causa del retorno al país problemas económicos y la imposibilidad de obtener empleo digno en los países a los que migraron. 54% precisó como motivo adicional de retorno el constante hostigamiento en el país receptor, denunciando fuertes episodios de xenofobia, explotación, maltrato laboral y social”.
Hay una frase célebre que afirma. “El fracaso es una oportunidad para empezar otras vez con más inteligencia”. En la vuelta a la Patria los venezolanos tendrán la oportunidad de probarse, ahora con más experiencia por amarga que haya sido.




