Opinión

LIBRES

Por Gabriel Princip.

El año que viene y las elecciones generales están a la vuelta de la esquina. Podemos votar el partido, la idea o la fórmula que queramos. Pero primero debemos saber que pretendemos para nuestro futuro porque el presente es magro y si reafirmamos la idea de elegir al eje del mal, la derecha, peor nos irá.

Milei, Bullrich, Larreta y sus acólitos nos plantean una verba violenta. Eficaz en la obtención del voto, pero ya sabemos, porque Macri existió, como termina la película. Harán promesas falsas, muchos las creerán. Gracias a este accionar millones de pobres y excluidos se distraerán y optarán por ellos. De a poco, además del voto, les prestará la confianza, la credibilidad y por ello, la derecha fiel a su costumbre, traicionará.

Son maestros en el arte de la falsedad, ser mostrarán piadosos y hasta preocupados por ayudarnos a solucionar nuestros problemas económicos. Pero ya sabemos que, conquistado el voto, si te he visto no me acuerdo.

Otorgarán, en campaña, falsas esperanzas, sádicamente planeadas y dirigidas para los excluidos, a los sin trabajo, a los sin techo, a los descreídos, a la clase media desconfiada y promotora de la estupidez ilustrada. Con lindas palabras atraerá para que nos olvidemos de los días más felices y con la excusa del falso profeta de Alberto votemos la opción castradora y colonizadora.

Larreta, Bullrich, Milei todos macristas asintomáticos. Todos fieles al imperio, todos capataces de la infelicidad. Propaladores de falsedades, y promotores de la pobreza y la exclusión caminarán por calles, radios y canales de televisión para engañar al incauto y al que cree ser uno mas de ellos cuando solo es una víctima más del capitalismo salvaje.

Mentirosos hasta el hartazgo, buscan crear una sonrisa tan poco veraz como un billete de 12 dólares. Van en busca de tu voto para esclavizarte de por vida. Entiende a la política como negocio y son de los que creen que engañar a un antiperonista es más fácil que asesinar en un ascensor.

Tenemos una esperanza. Podemos levantarnos y revertir un magro y previsible resultado. Basta de aplaudir como foca al albertismo. Debemos recobrar ideales y convicciones que nos llevaron al triunfo. Volvamos a las fuentes, que ellos se ponen nerviosos como perro en autopista. Si desestimamos a los progres que utilizan al peronismo y retomamos a Perón, difícilmente la derecha se imponga. ¿No le parece?

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