LAS MAYORIAS

Por Gabriel Princip.
La derecha en las últimas elecciones mostró que es mayoría. Todavía no se terminó, por ahora es la previa, pero ya sabemos que es lo que pretende y que quieren sus seguidores, por eso sería buena idea que el presidente tome sus banderas y las haga realidad.
Por eso amigo antiperonista representado por varios integrantes del gabinete (de antes), yo estoy con usted y es hora que Alberto Fernández ponga manos a la obra y lo escuche.
Por eso, quienes cayeron derrotados no asumieron la culpa y dijeron que se perdió por que la gente no tiene para comer. Los que ganaron, lo hicieron desde el discurso de bajar sueldos y despedir trabajadores sin pago alguno. Alberto escuchá a los que ganaron. Bajá sueldos y despedí gente que nos votan. ¿Para que aumentar la jubilación? si los tenés en contra.
Otro que fue votado pretendía quemar el Banco Central y privatizar el Estado. Olvidarse de los planes y los pobres. Listo, hagamos eso.
No hay que olvidarse que, Perón que cambió la vida a la gente fue echado y al otro día la gente salió con pañuelos saludando a los golpistas. Recuerden que fue la Revolución Libertadora y que Perón era la dictadura. No olvidemos que Menem duró diez años echando gente, con sueldos miserables y entregando empresas, y Fernández van dos años y ya sabemos que no dura más de cuatro.
Por supuesto que nada de lo que digo es lo que pienso ni avalo, pero sí lo hace la mayoría. El habitante del AMBA quiere trabajo, pero ganando poco y no quiere molestar al patrón en caso de ser despedido. Hay que darle el gusto. Tampoco olvidemos que el Chino Navarro, Pérsico y Grabois fueron socios de Macri, hoy del gobierno, o sea, mientras le den el sanguche las convicciones se olvidan. Súmele que votaron en contra. Tampoco se olvide que Massa traicionó a Néstor, que fue socio de Macri, habitante de la Embajada y dudo que haya trabajado para esta elección.
Tampoco dejemos de lado a la Cámpora que junto al Movimiento Evita son especialistas en conseguir grandes salarios, de política nada. Juegan al misterio, a la secta y no ganan una elección ni de casualidad.
Por lo tanto, queda Cristina que es el crack del equipo, y el hijo tiene su sangre pero no su talento. Sola no puede, porque el resto de este consorcio es cartón pintado. Todavía no está todo perdido, pero debe cambiar el eje de la discusión. No se gana una elección comprando votos, se triunfa con trabajo, épica y militancia. Tres elementos que no fueron utilizados por los padres de la derrota este 12 de septiembre.
Por eso presidente, no se demore y envíe al congreso el proyecto que avale reducción de salarios y despido sin pago. Que ese proyecto tenga un anexo que permita incendiar el Banco Central sin castigo alguno, después de todo ese discurso triunfó. ¿No le parece?




