En el Congreso Nacional hay resistencia en darle tratamiento a los sendos
proyectos de ley que agravan las penas por muertes en hechos de tránsito.
Esos proyectos convierten a esos mismos delitos en no excarcelables.
Por Hugo López Carribero
Los diputados y senadores se niegan a enviar a una unidad carcelaria a
aquellos que corren picadas desenfrenadas en una avenida urbana,
provocando una o mas muertes solo en cuestión de pocos segundos fatales.
Esta es una de las pocas situaciones sociales que no es acompañada con una
mirada o un discurso contemplativos por parte del sector legislativo.
¿Es que acaso las muertes en incidentes de tránsito, no son fallecimientos
en el marco de sistema de inseguridad, al fin y al cabo?
¿La vida de aquel que muere en un asalto a mano armada vale menos que la
de aquel que pierde la vida por un conductor alcoholizado que maneja a 120
por hora?
¿No hay inseguridad ciudadana en materia vial?
Por otra parte, si en una picada pude morir una persona; en un cruce de
barreras bajas pueden morir muchas.
¿Entonces cual es el motivo por el cual no es un delito cruzar con la
barrara baja? ¿O eso también es solo imprudencia, impericia o negligencia?
No muy lejos de este ejemplo se encuentra la violación del semáforo. Basta
con verificar los homicidios en la vía pública por conductores inadaptados
para poder observar que en un porcentaje cercano al 50% se trató de un
vehículo que cruzó con luz roja.
Resulta muy evidente que la Policía de la Provincia de Buenos Aires no
mira con buenos ojos la formación de las Policías municipales o locales.
En efecto, desde siempre el Ministerio de Seguridad Bonaerense ha
establecido el monopolio de la seguridad en todo el territorio. Esto
comprende las relaciones directas con las otras fuerzas de seguridad, con
los fiscales, con los jueces, en especial del Conurbano donde se genera el
índice delictivo mas alto del país, y el mas importante de Sudamérica
luego de Río de Janeiro.
Los jefes policiales bonaerenses se sienten incómodos con la expectativa
de tener que compartir su territorio.
Ese territorio no solo comprende la superficie de la provincia, sino
además las relaciones constantes con la propia delincuencia.
Consecuentemente ambas Policías, la bonaerense, y las locales se miran con
desconfianza, y con un claro matiz amenazante e intimidatorio.
Dr. Hugo Lopez Carribero
Abogado penalista