La culpa siempre es de los demás
Por Carlos Galli.
Desde que la raza humana habita la Tierra, el único planeta que tenemos para vivir y sobrevivir, la culpa siempre es de los demás.
Adán culpo a Eva de pecar en desobediencia.
Caín mató a su hermano Abel, por culparlo de ser mejor ante los ojos de Dios. Darwin culpa a las tres religiones monoteístas de lavar los cerebros de millones de personas, para que crean en la Creación Divina.
Los colonizadores del nuevo continente, culparon a los aborígenes y pueblos originarios de ser crueles e incrédulos y por esas causas, asesinaron más de 25 millones de indígenas en toda América Latina.
El temible Imperio Otomano y sus reiteradas victorias, especialmente en Los Balcanes, fueron acusados por Europa Occidental y fueron los culpables de ciento de miles de personas asesinadas por el mandato del Sultán Osman y por el ultimo, el Sultán Mehmed.
El Holocausto Nazi torturó y asesinó a más de nueve millones de seres humanos entre judíos, negros, homosexuales, gitanos, Testigos de Jehová, etc. para que sea una realidad la supremacía blanca y de esta manera «crear» una raza superior, todo producto del pensamiento de un enajenado que se creía un semidiós que quiso dominar el mundo.
Las democracias culpan a las dictaduras de todos nuestros males y los dictadores y tiranos culpan a las democracias y al Estado de Derecho, de ser populistas, débiles y de embrutecer a los pueblos.
El capitalismo feroz, culpa al comunismo de las miserias y males de la Tierra, mientras que el comunismo, culpa al liberalismo capitalista de esclavizar al hombre y transformarlos en autómatas, marionetas y títeres.
El fascismo nació culpando a los bolcheviques de tener una ideología brutalmente macabra y diabólica.
En nuestro país, la oligarquía nativa, culpa al peronismo de la barbarie de sus seguidores, especialmente, a la clase trabajadora.
El imperio Romano, mediante su Emperador Nerón, culpo a los cristianos de incendiar Roma.
Moisés culpo y con razones, al Faraón de esclavizar al pueblo hebreo.
La izquierda culpa a la derecha y viceversa. Las monarquías culpan a las diferentes democracias de querer que los tronos de los reyes desaparezcan de la faz del planeta.
En definitiva, siempre la culpa es del otro.
La culpa siempre es de los demás. Por eso siempre existe más de una verdad.
Todos podemos tener razón y todos podemos estar equivocados.
Lo mas fácil es culpar al semejante, aunque lo mejor sería poner la otra mejilla, aunque la realidad es que, una gran mayoría de los humanos, preferimos, ojo por ojo y diente por diente. Esto no debería ser así, pero no debemos olvidar que somos humanos, que la carne es débil, por lo que resulta que el hombre es la peor raza. Vivimos llenos de culpas, de odios y de miserias.
