
Cualquier argentino cuarentón conoce el historial de Mauricio Macri. Sabe que es empresario, que fue presidente de Boca y que nunca fue preso por ninguna causa. Hechos sobraron, estafa con las cloacas de Morón, contrabando de autopartes, escuchas ilegales por mencionar tres de 254 causas. Sin embargo el sistema lo protegió hasta llegar a la presidencia.
Una vez en el ejecutivo designó a una militante en la oficina anticorrupción, por lo tanto su curriculum no sufre ninguna modificación desde el 2015. Claro que si en el cargo de Laura Alonso, estuviera un abogado y de signo contrario al gobierno, Macri debería tener una causa por día.
Solo mencionar la deuda a 100 años, la deuda con el FMI sin pasar por el Congreso, la estafa del Correo, la muerte de los submarinistas, el uso y abuso del cargo, el tráfico de influencias, las corridas cambiarias realizadas desde Olivos, la inserción de jueces por decreto, el escaso apego a la ley, y ni hablar de los papeles de Panamá, de la mención como delincuente de su fallecido padre ni la entrega de los satélites a Clarín. Mas causas hay pero ya resulta aburrido mencionar su apellido y al lado colocar un delito.
Sin embargo Laura Alonso en tándem con Bonadío y Stornelli sólo se ocupan de Cristina, en menor medida de Julio De Vido y Milagro Salas. Causas inventadas que de a poco se van cayendo con sorteos insólitos donde siempre recaen sobre el juez de la servilleta.
Justicia cero, simples acciones políticas que tienen más que ver con la moda del imperio de utilizar jueces en lugar de militares para poder ordenar Sudamérica. En Argentina, hay una causa Cuadernos pero sin cuadernos?, en Ecuador también. En Ecuador hay un vicepresidente preso que respondía a Correa, en Argentina también. En Brasil, Lula que sacó de la pobreza a más de 30 millones de brasileros, está preso pero sin pruebas, en Argentina pretenden hacer lo mismo con Cristina, que duplicó la clase media.
País raro, con justicia rara. Aquellos que hicieron crecer la patria grande están perseguidos, sin embargo son tratados como gente honesta y transparente quienes la han empobrecido. La justicia siempre ausente.
Un fiscal en rebeldía, jueces que inventan doctrinas para apresar dirigentes sin juicio ni indagatoria, ni nada salvo el criterio bien pago de jueces muy parecidos a los de Titanes en el Ring.
De todas maneras este gobierno no puede ocultar el manejo que realiza del poder judicial, pero todo termina en diciembre. Alberto Fernández será el próximo titular del ejecutivo y es de esperar que la justicia sea un poder independiente. Que en diciembre no haya presos políticos y que aquellos dirigentes amarillos que se burlaron de la ley pasen por Tribunales.
Es el pedido de una sociedad que hace cuatro años que perdió la confianza en la justicia. Pues será difícil reconstruir un país, sin justicia. No se pide venganza pero sí ubicar las cosas en su lugar. De esta manera la gente dejará de preguntar, justicia?, que justicia.




