Juan Guaidó sin corona y sin lingotes.

Por Margarita Pécora B –
Nada más sugerente para describir el fracaso en el que se ha sumido el autoproclamado presidente interino de Venezuela Juan Guaidó, que el título de la célebre novela “Ilusiones perdidas” de Honoré de Balzac. La prueba más categórica de la frustración que convierte en un perdedor de facto al líder opositor ya desgastado, es que la propia Unión Europea le ha retirado los ‘honores de ‘presidente interino, luego de la instalación de la Nueva Asamblea Nacional del país bolivariano .
Casualmente hoy está siendo recibida en el Palacio de Miraflores, la flamante comisión directiva del órgano legislativo que ahora encabeza Jorge Rodríguez, ex ministro y actual diputado del PSUV, elegido nuevo Presidente de la Asamblea Nacional por los próximos 5 años.
Las elecciones fueron determinantes para darle el puntapié al castillo de arenas que Guidó se construyó en terrenos internacionales con el auspicio, aliento y financiamiento directo del gobierno del presidente saliente de los EE.UU. Donald Trump y el Grupo de Lima.
Otro detalle clave ha sido la anulación por parte del Tribunal de Apelación de Londres, del veredicto que otorgaba a Guaidó la administración de los lingotes de oro depositados en las bóvedas del Banco de Inglaterra con un valor estimado en mil millones de dólares, que se calcula equivalen a una quinta parte del presupuesto del Gobierno venezolano para 2020.
Dicha sentencia respondía al reconocimiento que había hecho el gobierno británico a Guaidó como presidente interino de Venezuela y que ahora con este revés, tendrá que ver bajo qué calificativo lo sigue acompañando.
Varios elementos se suman a la paulatina pérdida de reconocimiento internacional de Guaidó; entre las más graves se menciona el cuestionado uso y destino real de algo más de dos millones de dólares que logró recaudar en febrero de 2019 en la frontera con Cúcuta, Colombia, para supuesta ayuda humanitaria.
Algunos medios dan cuenta de otro gran escándalo que envolvió a Guaidó sobre su presunta implicación en la ‘Operación Gedeón’, un intento fallido de desembarco de grupos armados en Venezuela el 3 de mayo de 2020 que dejó 8 muertos y al menos medio centenar de detenidos.
El desgaste de Guaidó, sin embargo, se aceleró a raíz de los reproches que recibiera del Grupo de Lima, formado por países de la región para impulsar una solución política de la crisis en Venezuela, donde el propio gobierno de EE.UU empezó a dejarlo fuera del paraguas cuando lo vio fracasar en la pulseada contra Maduro.
Por otro lado, el bloque de partidos que apoyaba a Guaidó dentro de Venezuela, sucumbe agotado de seguir una estrategia que no les dio resultado a favor del líder opositor en el exilio, viendo que es más difícil de acompañar aún por las denuncias por corrupción que afloran en su contra, debido a pagos desproporcionados relacionados con la estatal petrolera PDVSA, entre otros.
Con la Asamblea nacional ahora en manos, el gobierno de Maduro tiene la oportunidad de retomar el control de todas las instituciones del país, y de transitar una etapa de recuperación con menos virulencia de una fuerza opositora condenada a desaparecer en la medida en que se corte la cadena de suministros financieros que llegan desde el exterior para desestabilizar al gobierno bolivariano.
De todos modos, con menos palos en las ruedas, Nicolás Maduro tendrá que demostrar ahora su capacidad para rescatar el desarrollo que una vez distinguió a Venezuela como el país más rico de Latinoamérica en términos de renta per cápita o PIB, y restituir la dignidad al nivel de vida de sus habitantes . El retorno voluntario a la patria de Bolívar de miles de venezolanos que emigraron a diversas partes del mundo, será un indicador convincente del triunfo legítimo del poder a favor del pueblo.




