INTERESES Y SOLUCIONES

Por Gabriel Princip.
Diferentes intereses se ponen en juego cunado un ciudadano transita el camino de la política. La derecha solo indica que el objetivo será terminar su carrera con una fortuna, o quizás le agrega una gran dosis de entrega, del territorio. Para ello debe confiar siempre en jamás decir la verdad y arreglar con jueces y medios de comunicación. El peronismo es distinto, busca la marcha, la historia y trata de figurar en los libros, aunque algunos terminan torciendo por derecha su camino a la vejez.
Lo cierto es que muy pronto habrá elecciones. Estos comicios se celebrarán con ajuste, pobreza e inseguridad, o sea nadie de los que se presente sumará una mayoría, habrá segunda vuelta y aquellos que negocien mejor colocarán a su candidato en el sillón de Rivadavia.
Por esa razón nos esperemos el año que viene que asuma Perón, Kirchner o líder alguno. Será un gerente que se hará cargo de un país endeudado gracias a Macri y que luchará denodadamente para cumplir con los cuatro años sin ofender a Estados Unidos y menos aún a la oligarquía.
¿Entonces cuál es la esperanza peronista? Porque hasta acá si preside Larreta, Massa, o Alberto no hay diferencia para el votante. Seguirá galgueando y protestando. La pregunta del millón es ¿Qué se debe hacer? La respuesta es fácil, pero sirve solo para un conjunto de valientes y no para una banda de cobardes de saco y corbata.
Se gana los comicios no con una sumatoria de partidos y sellos, sino con patriotas que estén dispuestos a todo. Se gana con contenido, discurso y valentía. Se gana con Peronismo y no con modelos europeos. Se gana con la marcha y no con un almuerzo con Mirta. Se gana con presencia en la calle sin hacer un solo piquete. Se gana con honestidad y cumpliendo a rajatabla la propuesta de campaña. Se gana con todos y no con dos o tres. Se gana con empatía y no con formato secta, en síntesis, se gana con generosidad, el egoísmo queda prohibido.
¿Y con que formula se gana? Es la otra pregunta. No importan los nombres, pero sí que se integre el movimiento trabajador a la dupla. Y los ciudadanos a votar deben poseer caudal electoral, distrito, gestión, o sea no es para cualquier puntero barrial como en el 2019. No es difícil armar una fórmula ni siquiera sacar un buen resultado como usted puede apreciar, pero hay algo que es casi imposible de conseguir y es el virus de la generosidad que contagie a nuestros representantes. Si logramos inocularlos con ese covid, quédese tranquilo que la derecha sigue participando. Pero si están vacunados con la Faiser del egoísmo hágase la idea que el año que año las elecciones solo serán un trámite porque su vida si cambia es para peor. ¿No le parece?




