INTERESES

Por Gabriel Russo.
La pandemia todavía no culminó y ya sabemos que es una nueva forma de colonización. La herramienta a utilizar son las vacunas y atrás de ellas las corporaciones transnacionales o la oligarquía financiera o los fondos buitres, como usted quiera llamarla. En Argentina la mejor vacuna resultó la de origen ruso, sin embargo, la más cara y la de mayor propaganda fue y es la ‘faiser’. Con las nuevas cepas la vacuna rusa resistió, no fue el caso de la ‘faiser’ que a pesar de ser la más cara, la que el sistema menciona cada dos minutos y la que es representada por una corporación cuyo capital es 18 veces el PBI argentino.
Recientemente falleció el marido de la abogada Rosenfeld. La doctora de los artistas y famosos. Como corresponde al medio pelo argentino se fueron de vacaciones en familia a Miami. Fiel a su ideología se vacunó en la ciudad yanqui y con la vacuna que no tiene ideología comunista. Dos dosis como corresponde para toda la familia, pero se olvidaron de dos detalles, Estados Unidos es uno de los países con menor vacunación, ya tienen 700 mil muertos y la ‘faiser’ no es tan certera con la cepa Delta. Conclusión, a pesar de la vacuna el matrimonio se contagió, la doctora pudo superarlo, pero el marido no. Murió. Si se hubiera quedado en Buenos Aires y se vacunaba con la rusa, la moderna o la británica, hoy estarían planeado las vacaciones de verano. Pero el medio pelo es así. A muerte con las tapas de los diarios, de eso se trató de la muerte de integrante de la familia.
Hoy Estados Unidos utiliza la vacuna para colonizar. En otros tiempos la industria o el capital financiero. Asociado siempre a los grandes grupos económicos, uno de ellos el grupo Bilderberg presidido hoy por Henry Kissinger, secundado por Barack Obama y respondiendo al grupo Rockefeller.
En su libro “La condición argentina” José Pablo Feinmann escribió: “Cierta vez, un temible personaje del siglo 20 que ha penetrado libre y airoso en el 21, (me refiero al señor Kissinger, también conocido, por medio mundo y más, como ‘el más grande criminal de guerra libre’, algo así como si Eichmann anduviera por ahí opinando y escribiendo columnas en los grandes diarios del mundo) dijo una de sus frases paradigmáticas, de las que hicieron historia: “Los intereses de la General Motors son los intereses de los Estados Unidos. El hombrecillo sabe pensar y decir. Hay, dice su frase, una unidad esencial entre la potencia imperial y sus empresas hipermonopólicas. Se expresan mutuamente. No se contradicen. Donde entra la General Motors entra Estados Unidos y viceversa”.
Lo mismo ocurre con la Shell, con la Eso y con la mayoría de empresas. Hoy ‘Faiser’ reemplaza a Esso en el sentido que es el mascaron de proa. Ningún gobierno debe detener a los tanques del imperio. Y si uno dejar de ver televisión y no permite que lo controlen deja de discutir ‘faiser’ o moderna, Shell o Esso y asila su pensamiento en lo nacional. De esta manera comienza a comprender a Perón y el movimiento. Empieza a entender el odio al general, a Néstor y Cristina.
¿No entiende? Yo le explico. Perón llega al gobierno e impone un modelo nacional donde las empresas extranjeras no tienen lugar. La idea del trabajador, del empresario pyme y vivir de lo nuestro, imperó siempre en el peronismo. Como esa idea es similar al yanqui, el imperio perdía plata y contestaba con insultos: ‘Perón nazi, ladrón, feo. Cristina yegua, ladrona’ y así.
En realidad, molestaba que estos líderes hicieron crecer al país e iban en busca de una Argentina potencia. En cambio, la derecha representada por Macri y sus acólitos son protegidos y adulados porque entendieron que al patrón no se le mira los ojos, como decía Patrón Costa, y se lo palmea cada cinco minutos. ¿Me explico? En síntesis, si usted quiere seguir siendo un cipayo, un infradotado adulador de sus amos foráneos vote a la derecha y si quiere volver a ser libre el peronismo lo espera. ¿No le parece?




