Inteligencia artificial: El peligro de un tsunami de desinformación.

Por Margarita Pécora B.-
¡Que levanten la mano quienes vieron por las redes una foto del Papa Francisco vestido con un lujoso abrigo inflado de Balenciaga, y creyeron que era real! Muchos seguramente. Y esto preocupa, porque es una señal de que el público no está preparado para la ola de desinformación que nos amenaza con el auge de la inteligencia artificial.
Por medio de este mismo mecanismo se hizo viral también una foto irreal de Donald Trump siendo arrestado. Otros han presentado a Joe Biden como rapero y fumador de hierba. Todo parece un chiste, pero lo grave está en que ahora mucha gente no sabe qué es cierto y qué no lo es.
Y todo esto sucede porque la Inteligencia artificial hace rato entre nosotros, y avanza sin control. Comenzó abriéndose paso sigilosa, y ahora está en pleno auge, como un monstruo bicéfalo, a la vez cautivador. Por un lado nos enseña el rostro afable de la súper tecnología, capaz de avanzar velozmente sobre las pistas de la información donde analiza en tiempo casi real, enormes volúmenes de datos que nos entrega procesados, con gran rapidez y perfección; mientras por otro lado, representa un peligro que el propio Elon Musk accionista de Tesla que hizo mucho por acelerarla, ahora busca frenarla hasta que aparezca una autoridad reguladora que supervise esa maquinaria de avanzada, que es capaz de realizar tareas que antes eran exclusivas de los humanos, y nos irá dejando, literalmente como “monos” según dichos del propio Elon Musk.
Mucha gente piensa que la inteligencia artificial se limita al Chat GPT, un método que ha sorprendido por sus grandes capacidades creativas para la comunicación con humanos. Por ejemplo en el sector de Educación, se preguntan si la Inteligencia artificial es una aliada, o una amenaza para la educación tradicional, porque, de hecho pone en jaque el rol de los docentes, directivos y las familias, aunque por otro lado mejoraría extraordinariamente la enseñanza y el aprendizaje de los alumnos.
Lo que hace básicamente la Inteligencia Artificial es combinar algoritmos planteados, con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano. Una tecnología todavía misteriosa, pero que desde hace unos años está presente en nuestro día a día, y se sigue perfeccionando.
Solo que ahora es una poderosa herramienta de la “Revolución digital”, que por su inmenso poder abarcativo, ya empieza a preocupar a quienes la comparan con un arma de doble filo, beneficiosa por un lado y perjudicial por el otro. Y no es una exageración.
Usando esta herramienta, los seguidores de la corona británica y fanáticos de la princesa Diana, recrearon su imagen para ver cómo se vería en la actualidad con 61 años, pero hasta ahí parece ingenuo, lo malo es cuando se utiliza la inteligencia artificial para agredir a personalidades mundiales, como el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, al que expusieron, vestido lujoso y extravagante al estilo de Balenciaga, de tal manera que dificultaba distinguir entre lo que es real y no lo es.
La muy comentada foto fake del papa, generó comentarios picantes entre quienes dijeron “Estamos viendo como tiene lugar la muerte del arte frente a nuestros ojos”.
Y eso no es todo. A través de Tesla, la compañía automotriz del propio Elon Musk presentó las primeras versiones de un robot humanoide que, en parte incorpora la tecnología artificial. Además, su firma NEURALINK prevé combinar los avances digitales con el pensamiento humano, insertando chips en el cerebro, con pruebas preliminares que ya generan polémicas.
Otro que está preocupado de lo que puede llegar a hacer la inteligencia artificial, es Brad Smith, el presidente de Microsoft que está pidiendo hace tiempo que se organice una convención en Ginebra, para establecer normas sobre el uso de armas en conflictos bélicos, viendo la loca carrera que lleva ya la Inteligencia artificia; y lo que muchos temen es que se desate una verdadera Tercera guerra mundial- aunque para algunos ya de hecho existe, pero esta tendría consecuencias impredecibles.
Esta es la preocupación más extrema sobre el avance de la era digital, muchas personas piensan que la inteligencia artificial reemplazará por completo a los trabajadores humanos. Expertos aseguran que no será así, sino que cambiará la forma en que se realizan ciertas tareas, y alertan a quienes están por decidir la carrera que van a estudiar, que para el 2030 la Inteligencia artificial podría reemplazar a alrededor del 38 % de los trabajos actuales, por lo menos en Estados Unidos.
Un estudio de McKinsey Global Institute, estima que hasta 375 millones de trabajadores de todo el mundo, van a tener que cambiar de profesión en los próximos años, debido a la automatización de los trabajos. Piense que si usted por ejemplo es arquitecto y una máquina –como ya ocurre de hecho, es la que hace los planos y los cálculos y hasta la maqueta en tercera dimensión ¿a qué se reduce su trabajo? Y eso pasaría con los diseñadores, telefonistas, operadores de logística y transporte, quedarían fuera de tareas que si bien son tediosas, se les achica el mercado laboral.
Por suerte, ya se ha empezado a identificar y analizar los desafíos éticos y jurídicos que se derivan de la utilización de las tecnologías disruptivas asociadas a la inteligencia artificial en manos de la administración pública en general, y la tributaria en particular, sobre todo cuando se destina a la persecución del fraude fiscal; los daños “accidentales” que se pueden causar a los derechos y garantías del contribuyente, principalmente aquellos relacionados con el tratamiento de datos personales, y los sesgos y discriminaciones que puede ocasionar el uso de algoritmos entrenados en sistemas de big data.
Según los estudiosos del problema, este monstruo- que así denomino metafóricamente-, podrían en cambio, generar empleo para desarrolladores de Software y especialistas en inteligencia artificial, encargados de crear y mantener sistemas automatizados. Ahí tendrían oportunidad laboral analistas de datos, especialistas en seguridad cibernética, por lo cual, si bien es cierto que la inteligencia artificial no va a reemplazar por completo los trabajos existentes, lo que viene es para una generación de jóvenes que tendrán que elegir estos perfiles, y resignar los sueños de otras carreras que no tendrán salida laboral, porque ya están ocupadas por la monstruosa inteligencia artificial, para bien, o para mal.
Por algo sus creadores han decidido parar un poco en la carrera que ha emprendido, porque esa transformación digital necesita ser repensada, para que el manejo y la gestión de sistemas con niveles de inteligencia de datos de avanzada equivalente a la humana, no se convierta en un tsunami del cual la comunidad científica tendrá que arrepentirse, pero ya será demasiado tarde.