INJUSTICIA TOTAL

Por Simón Radowistky.
La justicia liberó a la banda de los copitos. La misma que deja liberada la zona de la corrupción para que la derecha saquee y solo saquee, y si le queda algo de tiempo solo roba porque para otra cosa no existe.
Milagro Sala está presa hace seis años, pero Pepín sigue de vacaciones en el Uruguay. Cristina Fernández, durante un gobierno nacional, no dejó de presentarse en Tribunales por causas inventadas. Mauricio Macri se pasea por el mundo como premio a recolonizar la Argentina. El presidente que tomó la mayor deuda de la historia y creó otra deuda por cien años concita el 40 por ciento de adhesión de aquellos que están pagando por su latrocinio. El poder lo saluda, la FIFA le otorga un puesto y los argentinos honestos todavía no pueden entender porque tanta injusticia en este país en estado de decadencia absoluta.
El año que viene volveremos a votar dos veces, y en tres años dos veces más, y así cada dos años revalidemos el salario de aquellos que nos someten. La derecha hace su trabajo sucio por un lado y este Frente de Todos simula ser parte de los buenos, pero solo simula.
El presidente, empleado de Sergio Massa y de Magnetto, se ocupa de discursos formales y sin contenido. Su única labor fue conseguirles conchabo a sus amigos en el gabinete nacional. No manejó la economía, se hizo amigo del enemigo y se olvidó de aquellos que lo votaron.
Massa arregló con el poder para ser el presidente el año que viene. Pero la realidad lo ubicó y hoy por hoy trata de buscar la salida para no presentarse. Los números no dan. Su socio Larreta tiene el mismo problema. Ya se sentía presidente cuando apareció una montonera que sin votos, pero con poder puede transformarse en presidenta.
Cristina Fernández seguirá reteniendo su público para ganar la provincia de Buenos Aires. Sus votantes la quieren presidenta y ella solo piensa en su retiro.
Así las cosas, el gran pueblo argentino salud, no sabe que hacer. Ir a elecciones para elegir el menos malo o aquel que siga aumentando la deuda para beneficio del FMI y mejorar el salario de una clase política decadente, falaz e inútil.
El panorama no es alentador. Solución hay, pero es solo para valientes. Es animarse a salir del eje imperial que nos somete. Con socios orientales la esperanza está viva, dentro de la misma alianza geopolítica lo único seguro es la pobreza. Por eso, si persistimos en la alianza occidental no tiene caso votar, solo elegimos quien ayuda a recolonizarnos. ¿No le parece?