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Inflación, un cuento chino-Por Gabriel Princip

La inflación es un concepto económico que en Argentina interpreta el papel del eje del mal para unos economistas, mientras que otros observan una faz positiva, como es el caso del premio Nobel norteamericano Paul Samuelson.
En nuestro país siempre fue tapas en los medios dominantes en gobiernos nacionales mientras que en otro concepto gubernamental, el índice del INDEC aparecía en página impar y lejos del ojo del lector.
En el tramo que gestiona un gobierno popular se magnifica, se dramatiza y la única comparación que existe es Europa, jamás la historia.
Durante la presidencia de Cristina Fernández siempre ocupó la tapa de los diarios en el rol de uno de los males que otorgan el papel de invivible al país.
Encuestadoras privadas que trabajan para partidos opositores calculan el índice y publican. El año pasado el 40 por ciento se repitió durante los 12 meses finalmente resultó 32 por ciento, mientras España o Italia no superaban el 3 por ciento.
La comparación europea daba señales de fracaso, claro que nadie contaba que la Unión Europea prohíbe una inflación mayor al 3 por ciento. Entonces tenemos países como los mencionados con baja tasa de inflación, alta recesión y desocupación que ronda el 28 por ciento. Los llamados mileuristas, sueldo promedio del viejo continente, hace tres años ganaban 3000 euros. O sea no hay inflación, pero tampoco trabajo y consumo. Un cuento chino.
Pero la inflación que actúa como una 9 milímetros en la cabeza del gobierno no desarrollaba la misma actividad en la década del 50´, en el proceso o en los 80’.
Para hacer un poco de historia, especifiquemos los índices desde 1945 en adelante. Pero algunos que actúen de referente. En el 45´ la inflación fue del 19,9 % en el 48´ la misma fue del 13, 1 % en 1954, en los finales del gobierno peronista, el índice marcó 3,8 %. La revolución fusiladora comenzó con un 12,3 y terminó con 28 por ciento. Frondizi en 1959 de la mano de Álvaro Alsogaray tocó los 114 puntos.
En 1962 el Indec marcaba 28 por ciento, Humberto Illia termina con un 32 por ciento. El porcentaje no era para desesperarse, sin embargo, Rodolfo Terragno y Timerman en la revista Panorama y Clarín desgastaban al cordobés con el dibujo de la tortuga. En 1971 llegó al 35 por ciento y en 1973 el porcentaje fue del 60%.
Isabel trepó en 1975 al 182% mientras que Videla en su año debut llegó al 444 por ciento. En 1977 el número desciende hasta 176%, en 1978 baja un punto y totaliza en 175. En 1979 llega al 159 y la década del 80´ hace su debut con un 100 por ciento.
En 1981 sube al 164% y 1982 la cifra aumenta a 343 por ciento para cerrar el proceso en 1983 con 433. Durante esos años de plomo no se detenía la prensa en maltratar al gobierno. Después de todo, era gente seria que nos había hecho ganar un mundial y perder una guerra. Los medios se mostraban blandos con el gobierno duro.
Alfonsín demostraba que con la democracia se comía, no mucho, porque su porcentaje debut fue del 688 por ciento anual. Un año más tarde llega al 385 para detonar en el Plan Austral que sólo sirvió para que 1986 tuviera un índice de 82 por ciento.
En 1987 el número llegó al 175 y en 1988 subió al 388 por ciento para desembocar en el cierre alfonsinista con 3080%. La ayuda de Clarín, luego confirmada por Raúl Alfonsín en su autobiografía, fue sublime. De 3080 que había, se llegó a publicar 5000 por ciento. Los medios si actuaron en forma dura con un gobierno blando.
Carlos Menem debutó con 2314% en el 90´ para bajar a 81 en 1991 y 17, 5 en 1992. A partir de allí, se inició un proceso de convertibilidad que llevo la inflación al negativo 1, 1. Claro que los últimos 37 meses menemistas la recesión era absoluta y nadie compraba ni vendía.
Fernando de la Rúa ni hablar. Todo terminó con 31 muertos, 5 presidentes y una devaluación asimétrica más corralito en la peor crisis económica que haya vivido el pueblo. Quien la paso bien fue Clarín: debía 4180 millones de dólares que se transformaron en 4180 millones de pesos.
Eduardo Duhalde fue presidente sin votos pero con un 25 por ciento de inflación en el 2002. Néstor Kirchner llegó en el 2003 con 13,4 por ciento, en el 2004 el índice llegó al 4,4: el 2006 fue de 9,8; el 2006 de 10,9 y el 2007 de 8,8%.
Con Cristina Fernández comenzó el conflicto entre Indec, Gobierno y el grupo Clarín. De todos modos, el peor porcentaje fue el del año pasado con 32 por ciento y llegará 2015 al 23%.
De todas maneras, el periodo K fue elogiado por dos premios nobeles de economía quienes pusieron de ejemplo a nuestro país para derrotar una crisis. En los últimos 12 años, hubo inflación pero también crecimiento, inclusión, restructuración de la deuda y participación.
Pero muchos que componen la oposición se olvidan cuando fueron gobierno. No recuerdan el 114 por ciento de Alsogaray, el 3080 de Alfonsín ni el 444 de Videla y menos aún el 433% de Bignone. Estas cifras al lado de porcentaje K asustaban en serio, sin embargo, los medios históricamente fueron muy duros con los gobiernos blandos y blandos con los gobiernos duros.

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