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HUGO MARCEL: “La vuelta de Perón era un objetivo de oro para mí”

Por Gabriel Russo.

Tanguero que suma a sus virtudes la de peronista fiel y de larga data, ese es Hugo Marcel. En amplio diálogo con Comunas recordó pasajes de su infancia que lo colocaron sobre el escenario, y las consecuencias que tuvo que pagar -de las que nunca se arrepiente-, por haber acompañado a Perón en el viaje de regreso y seguir siendo devoto de su ideario. El macrismo se ha empeñado sistemáticamente en borrarlo de la grilla cultural, pero su voz y sus ideales, no los puede apagar.

“Hace tantos años que soy Hugo que el único que me llamaba por mi nombre real, Gregorio, era mi abuelo paterno que también se llamaba así -aclara Hugo-. Empecé a cantar a los 12 años con mi segundo nombre “Horacio”. Yo tenía un programa los sábados tipo revista humorística donde había unos cuantos actores importantes de la época (Lalo Cipriano, Zulma Grey ) y otros y hacíamos radio teatro, donde yo intervenía también como actor, y empecé a hacer mis dos canciones que cantaba acompañado por el conjunto Estable, de Radio del Pueblo y aparte intervenía como niño actor”.

“Ese es mi comienzo como Horacio Carpena, pero un años después voy a ver a Alejandro Romay que tenía un programa radial del mediodía titulado “Grandes valores del tango” muy escuchado en toda la Argentina y Alejandro espera un súper referente del tango como Roberto Rufino (Bobby Terré) el cantante ignoto…”

“Ese fue un impulso muy importante para mí” -reconoce Marcel-, y narra cómo tiempo después surge la Radio Libertad. “Estaba en préstamo un estudio de Radio El Mundo, ahí lo voy a ver con mi vieja (yo tenía 13 años) estaban en plena audición y presenté la tarjeta, y me escucharon muy atentos. Canté un tema que era de Roberto Rufino que había sido muy famoso en su momento y se lo cantaban muchas orquestas (era la época de las orquestas fabulosas años 50-60). Le canté el tema a Romay y me dice ¡Ah, pero muy bien!, y en el ínterin llama a alguien por teléfono que me recibe al otro día. Y le dice: te mando un pibito y dame tu veredicto que me parece que es muy bueno” -le dijo Romay-.

“Fui al otro día al barrio de Villa del Parque con mi papá y el señor que me recibe, se sienta al piano muy elegante, y me acompaña con la partitura que le di en mano y canto otra vez. El hombre lo llama a Romay delante mío y le dice, me gusta un montón, y Romay le dice que tiene otros planes para mí. Volví a la radio y me dice de hacer un casting con pibes de 10 a 15 años y se anotaron mil y pico. De ahí se hacían unas eliminaciones hasta que al final quedamos 10, y en esos había que elegir al ganador que en principio ya casi estaba elegido por Romay. La cuestión es que tuve la suerte de quedar como ganador de ese casting y Romay me puso Hugo Marcelino (por su admiración por Hugo del Carril y Marcelino emparentada con una película italiana de ese momento), allí comienzo junto a la primer orquesta que se la forma Romay para acompañar a Roberto Rufino junto a una figura femenina que era Elsita Rivas cantando sus rancheras mejicanas”.

“La revelación de 1957 fue Hugo Marcelino que en aquel momento debutaba, éxito total -reconoce el artista-. Julio Sosa venia todas las noches a verme, era fanático mío. En definitivas ahí empecé a conocer el desfile incesante de figuras del tango, desde Troilo, etc. Éramos los niños mimados del ambiente artístico de aquel momento, por eso nace mi nombre como Hugo Marcelino”.

-¿Cuántos discos sacaste?

“Entre tangos, baladas y boleros debo tener 30-40. No soy de los que más grabo, pero sí mucha actuación en televisión. Nacía la televisión en el ’52 y yo debuto con Leopoldo Federico, José Marrone, la orquesta de Horacio Salgán también. Marrone que estaba en pleno éxito en ese momento en la Calle Corrientes. Era maravilloso”.

-Te tengo como artista peronista ¿tuviste algún problema político en tu larga trayectoria?

“Lo tuve hasta hace poco, mejor dicho lo sigo teniendo. Cuando yo vengo en el chárter con Perón, yo había hecho la campaña durante largos años para que Perón vuelva. Fui militante peronista por varios años. Todo tiene un por qué. Mi primer cama y primer colchón me lo dio la Fundación “Eva Perón”. A partir de ese momento y esos monoblocks donde vivía en Floresta que los dio Perón, lo único que podía hacer por ellos era devolverle con mi esfuerzo un poco de justicia al país y la imagen de Perón a nuestra Patria y la política. La vuelta de Perón era un objeto de oro para mí” -confiesa Hugo-.

“Luché todo lo que pude y lo logramos entre muchos argentinos, la vuelta de Perón y como premio me llamaron para compartir el chárter que lo trajo definitivamente en el ’73. Para ese entonces yo estaba en la Secretaría General de la Unión Argentina de Artistas de Variedades que había creado Eva Perón, se armó el sindicato con sus propias leyes y tuvimos nuestra obra social y beneficios”.

“ Yo fui secretario general desde el ‘73, que vinimos con Perón hasta el ’76 en que el golpe militar destituye a Isabel Perón y todos los gremios argentinos, te aclaro que yo había viajado en el chárter junto a José Ignacio Rucci, Lorenzo Miguel y otros grandes dirigentes argentinos, fuimos todos intervenidos, José fue asesinado. Yo fui buscado por largo tiempo, me quedé pero me mataron de hambre por 7 años prohibido, vendiendo libros, útiles de colegio sobreviviendo, pero no se me cayeron los anillos de la mano por hacerlo. Lo volvería hacer, yo estaba en un acto de justicia. Por hacerlo, la vuelta de Perón había sido muy importante para la reconciliación de los argentinos así que de eso no había arrepentimiento alguno, tuve que pagar ese precio. Otros lo pagaron con la vida”.

“Largo tiempo después (12-13 años desde que Mauricio Macri llega a la Jefatura de gobierno de la Ciudad, con Hernán Lombardi al frente de la Secretaria de Cultura por su afinidad al gobierno de Macri, Raúl Lavié era amigo de Macri y uña y carne de Lombardi. Y empecé a desaparecer de donde yo trabaja en Cultura de la nación donde acompañaba a grandes maestros Requena, Marconi, etc., en lo que era el teatro Cervantes y nunca más me llamaron para la Filiberto, no fui convocado nunca al Festival Mundial de tangos donde iban todos los cantores, menos Hugo Marcel, porque era el cantante que había que hacer desaparecer porque era al que le temía la gente que organizaba los festivales (los representantes de Lavié). En esa oficina se ponían las grillas y Hugo Marcel siempre estaba afuera…ni el CCK, ni en el Teatro Colón. Yo podía haber ido a cantarle a Cacho Castaña, pero me perdí todo, hace 12 años que el gobierno de la Ciudad está tomado por el macrismo, y terminé cantando siempre todas las noches en el Viejo almacén, pero en las grandes vidrieras nunca más, y como no se conformaron con sacarme de esos lugares, fueron a los festivales, donde me dieron el premio durante 8 años del Festival de La Falda, por ser el artista más querido y aplaudido”.

“Cambiaron los aires en Córdoba y las nuevas autoridades y el grupo de Macri organizaba los festivales tanto en la Capital Federal como allá. Así que Hugo Marcel fue borrado sistemáticamente de esos lugares. Los últimos 6 años los hice solo, como primera figura del espectáculo rodeado de un elenco lindo y grandes bailarines. Y es de lo único que sobreviví, por lo demás sigo borrado por un gobierno macrista” -apunta Hugo Marcel-.

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