
El día ayer fue un día histórico, eso es indudable, el 25 octubre del 2020 quedará registrado como el día en que los chilenos decidieron salir a las urnas para derrotar la Constitución de Augusto Pinochet. Este día 25 de octubre de 2020, el 78 % de los chilenos votó por redactar una nueva Constitución y que esta se hiciera a través del mecanismo de la Convención Constituyente, que ganó también con cifras bastante altas sobre el 75%.
La Convención Constituyente va a estar compuesta por ciudadanos que serán democráticamente electos y no designados, la elección de estos ciudadanos que la conformarán se realizará el 11 de abril de 2021.
Según los datos del Servicio electoral chileno, casi 6.000.000 de chilenos- 78% votó por la opción apruebo, mientras que cerca de 1.600.000 personas, es decir el 21%, eligió la alternativa rechazo.
Qué le queda ahora Chile más allá de que este haya sido un día histórico con mucha participación lo que no significa que el aumento real de ciudadanos votando haya aumentado, es efectivo que aún hay cerca de un 49 % de chilenos que no participa de los procesos electorales y eso es un punto que nunca la clase política nacional, desde el regreso a la democracia, ha sido capaz de poner una solución o enfrentando.
Qué viene ahora en el futuro, viene la elección de los constituyentes, vienen una cierta cantidad de procesos electorales relevantes para la historia política de Chile que pueden cambiar el rumbo de lo que actualmente está viviendo.
Viene la elección de alcaldes, de concejales, gobernadores, senadores, diputados, concluyendo en noviembre del 2021 la elección del nuevo presidente o presidenta de la República.
Anoche todos pensaban que mientras el pueblo en la calle se liberaba de manera alegórica, festiva en todo el país, la clase política de oposición especialmente la de la oposición dieron una prueba que supieron leer lo que el pueblo de Chile los mandató tras el contundente triunfo.
Ese mandato era unidad, unidad, unidad. Pues lamentablemente eso no sucedió; las fuerzas opositoras de izquierda y de centroizquierda decidieron celebrar separadamente en distintos comandos, lo que genera cierto riesgo y ciertas dudas de cómo van a ser las listas que se presentarán para elegir los constituyentes, porque hasta el minuto la derecha fáctica chilena, la derecha fascista liga al pinochetismo histórico ese que obtuvo el 21%, va a ir a una lista única de constituyente.
Se hace necesario que la clase política chilena entienda el mensaje. La unidad no solamente es declarativa si no se realiza con hechos concretos.
El pueblo de Chile ayer estuvo en las calles y esperemos que la borrachera del triunfo no nuble la mente de aquellos dirigentes de la clase política que tienen que hacerse cargo y responsable del futuro del país.
Por otra parte la derecha chilena se ve enmarcada en una encrucijada de cómo defiende un modelo económico que siempre estuvo cuestionado. La derecha chilena, ese 21% es tan dramáticamente buda dramáticamente y cuestionable cómo se dio la votación que es reflejo la inequidad de Chile que ayer el rechazo solo ganó en 3 municipios de Chile: Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea. Tres municipios de la zona oriente, donde viven las diez familias más ricas del país, los municipios donde vive la clase oligárquica de este país. La diferenciación socioeconómica, los abusos, las privatizaciones quedaron marcadas ayer literalmente. En esas tres comunas solamente el rechazo ganó en las urnas. Nunca, jamás alguien pensó que eso podía ser distinto porque es el signo de Chile, el abuso permanente, la privatización de los servicios básicos y los derechos sociales.
El pueblo de Chile espera que la clase política haya entendido ese mensaje y se prepara en unidad en consecuencia para iniciar un nuevo camino político que le permita tener esperanzas como las que se vio hace una semana con el triunfo del MAS en Bolivia, con el triunfo de otras fuerzas políticas de izquierda en la región y en América Latina.



