GUILLERMO JORGE: Una aplicación para geolocalizar los malos olores en el AMBA

Por Gabriel Russo.
Vivimos en la ciudad y en la provincia de la llamada Buenos Aires. ¿Pero son buenos los aires que respiramos? Muchas veces nos acostumbramos a percibir olores desagradables de los que tampoco sabemos el origen y que nos puede traer complicaciones en la salud. La ciencia y los investigadores de las universidades nacionales (públicas y gratuitas) trabajan para hallar respuestas mediante mitigación. Es el caso del Instituto Ciencia de la Universidad Nacional “General Sarmiento”, donde están desarrollando una aplicación móvil que necesita de la participación ciudadana para facilitar el control de la calidad del aire. Guillermo Jorge es Dr. en Física, docente y uno de los directores del proyecto y nos habla al respecto:
¿Cómo surge la idea ¿En qué zona se va a controlar el aire? ¿La gente cómo participa?
Este es un proyecto en desarrollo -aclara-, recién estamos empezando a diseñar la aplicación. La idea es que cada uno en el área metropolitana de Buenos Aires, pueda bajarse esta aplicación donde va a poder denunciar a la hora de sentir un olor invasivo, ya sea del que proviene del CEAMSE, basurales a cielo abierto o de cursos de aguas estancadas u otros arroyos con mucha contaminación.
En el momento que siente el olor, -detalla el experto-, uno lo puede denunciar mediante la aplicación que lo geolocaliza y lo registra en una base de datos. La idea final es que con la participación de la ciudadanía, se pueda generar un mapa de contaminación de olores en el AMBA, cosa que no está hecha todavía y sería de gran utilidad para poder planificar acciones mitigatorias de este fenómeno.
¿A qué se le puede llamar olores invasivos o nocivos, ¿Qué origen tienen?
La característica es que están formados por muchos componentes nocivos, quizás cada uno medido por separado, por ejemplo el óxido de nitrógeno, puede llegar a estar por debajo del límite permitido, pero en conjunto forman un olor invasivo que uno siente. Quizás uno no enferme por el olor en sí, pero la molestia que ocasiona sentirlo en forma continuada puede impactar en la calidad de vida de la población. La idea es tratar de hacer un control sobre esa problemática -aseguró Jorge-.
¿Cómo se mide la calidad el aire?
Con medidores que miden componentes gaseosos nocivos para la salud, por ejemplo material particulado que desprenden los escapes de los autos, también puede haber monóxido de Carbono, y otros, lo que pasa es que no se va a detectar olor a basura o agua estancada. En eso casos se necesitarían dispositivos que se llaman “narices electrónicas” que sí pueden ser diseñadas o entrenadas para detectar un olor en particular. Estos elementos son muy caros y necesitan ser entrenados específicamente para un tipo de olor. Para hacer un control sobre un área muy grande como es el AMBA no estarían sirviendo. En cambio con este proyecto pensamos que cada persona que tenga la aplicación se convierta en un censor con su propia experiencia corporal, de la molestia que está sintiendo y la invasión por el mal olor.
No solo es desagradable vivir en un ambiente con malos olores, también afecta a la salud ¿serían causantes de alergias, migrañas, etc.?
Sí, tranquilamente. No soy médico y no podría decir específicamente cuáles son los síntomas al percibir un mal olor en forma constante, pero sí de seguro que causa muchas afecciones a la salud no solo por el componente en sí, sino por la situación a la que uno se expone de percibir el mal olor.
Es lo mismo que percibir un sonido muy fuerte durante mucho tiempo o diversos estímulos que, si bien no afectan fisiológicamente, pueden dañar mentalmente y también tener en base a eso un impacto en la salud. Por ejemplo las migrañas pueden venir de la preocupación que uno siente ante ese olor que no se sabe de qué materiales está compuesto, si lo va a enfermar o no, y gente que está muy cerca, por ejemplo de curtiembres, siente constantemente ese olor nauseabundo, que lo afecta, no quizás en forma fisiológica pero si la calidad de vida. -reiteró el investigador-.
Vos participaste activamente en tu calidad de vecino y de especialista, en el pedido del cierre del aeropuerto comercial de El Palomar. Tus datos habrán sido tenidos en cuenta por la Corte Suprema para la inhabilitación del aeropuerto ¿La contaminación ambiental sonora era enorme ahí?
Sí, exactamente es un caso bastante análogo al mal olor. Los informes que provenían de la Concesionaria que había hecho Aeropuertos argentinos 2000 en ese momento hablaban de que no había contaminación sonora porque los límites estaban por debajo de cierto nivel, un nivel que ellos tomaban como nocivo para la salud, pero si uno va a las recomendaciones de la OMS, en realidad el límite era mucho más bajo porque tenía en cuenta justo la molestia y la afectación a la calidad de vida que es sentir un ruido cuando pase un avión cada 5-10 minutos genera un estrés en la persona que puede afectar su salud, aunque no haga mal al oído en sí.
¿Cuándo estaría lista la aplicación para ser bajada en los celulares?
Suponemos que en la segunda mitad del año ya va a estar disponible para ser bajada de las tiendas de Aplicaciones, ya que ahora va a empezar la etapa de diseño y después vendrá otra de pruebas. Después la lanzaremos, calculo para septiembre va a estar disponible en las tiendas.
Esperemos que con la aplicación se vaya el mal olor…
No se va a ir, pero sí vamos a tener una herramienta para poder gestionarlo que es lo más importante. Porque ahora no tenemos nada. Si no hay información previa para poder hacer un control o un tratamiento de mitigación, es imposible planificar políticas públicas. –sintetizó Guillermo Jorge-, quien junto a Ariel Scagliotti dirige el proyecto. Ambos son investigadores y docentes del área de física del Instituto de Ciencias de la UNGS.