GRUPOS DE TAREAS

Por Dany Wilde.
En la década del setenta los grupos de tareas eran uniformados y civiles que abordaban un Ford Falcon para ir en búsqueda de un inocente, de militante y secuestrarlo. Más tarde se lo llevaba a un centro clandestino de detención y se lo torturaba. Picana, submarinos, golpes bajos y arteros, eran las herramientas para que el militante caiga rendido y entregue a un compañero. Una vez conocido otro nombre, otro hombre, el ciclo se iniciaba de nuevo y los grupos de tareas no cesaban en su andar.
En el siglo XXI este estilo de hombres de la tortura no existe. Si existe la represión y la tortura como así también el secuestro, pero en otro formato.
Uno vota, elige determinados dirigentes que llegan al gobierno y a la primer medida que no le gusta a la derecha hace su aparición la Corte Suprema de Injusticia y determina que el gobierno debe retroceder. Actuó un grupo de tareas, secuestró a los gobernantes, al voto y nos reprimió con una medida artera.
Luego de una pandemia económica donde la Corte justificó todo y la derecha económica también, los dioses nos enviaron una pandemia sanitaria. Con el problema a la vista, la solución no se hace esperar, conseguir vacunas y proteger a la gente. Otra vez actúa un grupo de tareas encabezado esta vez por Patricia Bullrich, con larga experiencia en esta materia, ordena romper el plan sanitario para que la gente enferme y muera. La salud fue secuestrada y picaneada.
Al mismo tiempo oferta una vacuna yanqui que obedece a un fondo buitre con la consigna de obtener riquezas argentinas si la vacuna yanqui falla. Este grupo de tareas es de origen extranjero y pretende secuestrar nuestras riquezas.
Pero la izquierda también tiene lo suyo. Organiza grupos a cargo de Gabriel Solano y una banda de trotskistas que conducen marginales cuyo objetivo es el piquete inútil. Como consecuencia de este acto logran enfermar más gente y no obtiene el pedido de los trabajadores. Grabois desde las organizaciones sociales traba una alianza con estos partidos minoritarios para secuestrar la calle y liberar cada hora un auto, camión o monopatín. La rotura del plan sanitario también figura en sus objetivos a cambio de unas monedas.
Los medios hegemónicos también reprimen y arman grupos con periodistas mercenarios. Ellos secuestran a la verdad, la reprimen, la torturan, la picanean y la ocultan para reemplazarla por la mentira, su aliada y miembro fundacional de la derecha.
En síntesis, sobre el país actúan diferentes grupos de tareas para secuestrar la verdad, la riqueza, el pensamiento nacional, la pasión. Estos procesistas planean desintegrar al peronismo de la mano de la derecha con la clase media de cómplice y para ello deben matar el plan sanitario, apoyar a la mentira y mantener mercenarios que aparecen en la caja boba para distraer a los futuros secuestrados.
No tienen capuchas, no usan metralletas pero no dejan de torturar, picanear y reprimir al pueblo. La izquierda corrupta se alinea por unos pocos pesos, pero a pesar de ellos, y con ellos enfrente el peronismo jamás caerá. ¿No le parece?




