En el 2015 se compró la idea de votar por «un cambio». La gente optó por un concepto simpático que si bien entendía su significado, nunca imaginó las consecuencias que traería ese cambio.
El anti k, el antiperonista, el no k o el radical creyó que solo variaba la persona que se sentaba en el sillón de Rivadavia. Pensó que todo seguiría igual pero en un tono más amable y sin pagar ganancias. Se equivocó. Aunque en realidad acertó, vino el cambio total. Macri demostró la eficiencia del gobierno peronista y la entrega de este gobierno de ocupación. Conceptos ambos probados y fundamentados solo con una sola idea, unos pagaron deuda para la liberación, otros hicieron todo lo contrario.
La palabra cambio logró su objetivo, cambió el gobierno. Hoy hay otras palabras que brillan en la oscuridad. Otros conceptos que los medios desinformativos no se animan a pronunciar. El Frente patriótico nacional se está conformando. Frente, nos llama a la unidad, patriótico nos hace pensar en nosotros, en la tierra, y nacional en lo celeste y blanco, en la bandera, en la felicidad infantil respetando valores y saludando a la bandera.
A partir de esta nueva idea política, Cristina, la vituperada, «la yegua» comenzó la construcción política hacia adentro y hacia afuera. La «bipolar» se fotografió con Hugo Moyano. Grabois y algunos dirigentes que representan a la iglesia se acercaron a «la loca». Victoria Donda, y la mitad del massismo se sumaron a esta nueva idea de «la chorra». Sergio Massa, que siempre denostó a su ex jefa, duda de volver y pasar al exilio político definitivo. Pino Solanas, concurrió a un acto k en el Bauen Hotel y manifestó su apoyo a «la soberbia». Felipe Sola ya dijo presente. La derecha peronista con Moreno y Santiago Cúneo recorren la provincia buscando el voto de la derecha para el nuevo frente. La izquierda tradicional por ahora duda, como siempre.
Stolbizer dejó de criticar y Ricardo Alfonsín estaría dispuesto a ser valiente por primera vez. Como si fuera un goteo intermitente se van sumando dirigentes a este frente que tres años atrás era impensado. La historia es diferente, la democracia no nos reclama elecciones, sino la patria que está a punto de ser colonizada.
El macrismo está nervioso, Macri no duerme. Sabe que su candidatura peligra y que Heidi en cualquier momento entra en su lugar. Sabe que la única esperanza para ser reelecto es hacer lo de Lula en Brasil, o sea, apresar por cualquier motivo a Cristina. También sabe que de cometer esta irresponsabilidad, Bonadío mediante, la historia no tiene un final feliz para su anhelo. El miedo ha copado su inconsciente y su terapeuta nada puede hacer. Y es aquí donde la zozobra copa el espacio amarillo. Su líder tiene miedo. Cristina libre, compite y gana en primera vuelta, Cristina entre rejas , gana Macri y su objetivo de recolonizar será cumplido.
Por eso, la solución la tiene el pueblo. Si Bonadío repite la acción política brasilera es deber de cada bien nacido reclamar a la dirigencia un nuevo 17 de octubre, caso contrario la pobreza terminará con lo que queda del país. Las elecciones están a la vuelta de la esquina. Macri no cumplió con nada de lo prometido, y la chorra, la yegua, la loca, la que se robó todo puede ser la solución contra este gobierno de ocupación, que nos entregó atados de pies y manos en nombre de la república, la moral y las buenas costumbres.
