Nadie nace antiperonista, sin embargo el ser peronista está en uno más allá de lo genético, se forma al nacer en esta tierra y se desarrolla, para bien o para mal, en todas sus facetas.
El ser antiperonista se inculca, se educa en las miserias del relato, como el alcohol embriaga el sentimiento y nubla el pensamiento. No es algo natural porque nadie está diseñado para razonar en negativo, sino para mirar hacia adelante aún en los peores vericuetos del destino. Pensar en la solidaridad colectiva en desmedro de la individual, es un diseño que no se compra en el supermercado ni se traduce de otro idioma, esa cualidad solo es propia del peronismo.
Por supuesto hay deformaciones y malformaciones, incluso degeneraciones, todas son criticables, pero en su inicio está la solidaridad colectiva. La derecha en cambio nunca es solidaria a pesar de cierta generosidad siempre interesada, porque fue educada en contrario con aquello de “la caridad bien entendida empieza por casa”, si a eso le sumamos el odio tenemos un combo insalvablemente negativo y envidioso. Puede haber solidaridad en otros partidos nacionales, pero nunca en la derecha, a mi entender esa condición sine qua non está en el peronismo, por eso molesta, porque no se entiende.
Puede arengar MACRI con todas sus fuerzas contra del kirchnerismo, él puede hacerlo porque tiene cierto poder y es millonario, pero el media clase, aunque se encuentre en posición acomodada, siempre va a tener alguien que va a tener más dinero que él, por eso no puede ser solidario porque va en contra de su mayor acumulación, aunque nunca llegue a la meta que se propone.
