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Opinión

FORMADOS SI, INFORMADOS NO

Por Dany Wilde.

El televidente que sigue firme en C5n o TN se manifiesta informado porque todo el día está clavado en un canal de cable determinado, lo mismo relata el oyente de una radio preferida o portal. Lo cierto es que se equivoca. Estar informado no significa estar formado. Sin capacidad de seleccionar, fijar y construir un pensamiento, los datos se transforman en un arma para el control y la manipulación desde el poder. En el libro “Ídolos. ¿La red es libre y democrática? ¡Falso!”, sus autores acuñan el concepto de informática de la denominación para expresar el nuevo totalitarismo de la red. La democracia no está en la red, ni la red es democrática. De lo contrario, porque las grandes compañías que controlan los datos permiten su acceso gratis. El llamado Big Data, cuenta Aram Aharonian en su libro “El asesinato de la verdad” inunda la vida cotidiana, desde la publicidad encubierta, experiencias místicas, terapias alternativas hasta consejos para adelgazar. Hasta aquí nada nuevo. El dato, continua Aharonian, por el dato, acompañado de los inevitables “me gusta” o “no me gusta”, incluido el comentario sobre el comentarista, su vida privada, sus chats, transforman la red en un basurero.

A esto le sumamos el twitter que con sus escasos caracteres y el anonimato se transforman más en una herramienta para combatir que para informar. Aparece el Instagram que con sus imágenes parece el más inocente aunque gracias a ellas se pueden probar delitos. El face ya parce primitivo y donde cualquiera con cualquier comentario se cree importante.

Lo cierto es que se siguen sumando herramientas de comunicación para mantenernos incomunicados y controlados.

Entonces ¿cuál es el camino a seguir, por donde pasa la información correcta o la formación? La respuesta es clara, el libro y aquel cuyo autor sabemos que no pertenece a un medio hegemónico. Usted dirá no tengo tiempo para leer, la tele es más fácil, el portal más sencillo, la radio me gusta más, no le falta razón. Pero hagamos la cuenta que usted consume Canal 13, Radio Mitre y Clarín, perderá el tiempo desinformándose para luego hacer el ridículo y sumar una cuota de odio a su vida.

Pero preste atención que estas definiciones sobre los medios de Magnetto no obedecen a un pensamiento ideológico, sino al conocimiento. Si lee Clarín fíjese en la parte política que en determinadas notas el título no coincide con la nota. En Radio Mitre, Lanata y su equipo analizan las noticas siempre con un sesgo a favor de la derecha; y Canal 13, según su producción en épocas de campaña presidencial, llegan a producir material en un 75 por ciento en contra de Cristina y el resto de información general. Al mismo tiempo muchos periodistas dicen que las tapas de Clarín y Nación coinciden. Es verdad, lo que ocultan estos mercenarios de la información es que Clarín le compró la imprenta a La Nación, está cerrando la compra total del diario de Mitre y por el momento el centenario diario hace favores al trompetín.

El periodista de la FM barrial, de la radio de segunda línea o el diario del pueblo quizás tenga más información que los medios hegemónicos, al menos más veraz. Y aquellos autores sin tanto respaldo del sistema escriben con fundamentaciones veraces, por allí pasa la historia. Por la verdad y el contenido. ¿No le parece?

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