La Argentina siempre estuvo divida al medio, si hablamos de política. Desde la Primera Junta con Saavedristas y Morenistas, luego federales y unitarios, conservadores y radicales, peronistas y radicales y en la actualidad los K contra el resto del mundo. Hasta aquí, es comprensible que haya dos vertientes diferentes en la población con ideas y convicciones iguales pero de sentido contrario cual reacción física. Esta definición tiene más contenido que decir simplemente “hay una grieta”.
Pero lo notorio en estos tiempos es que se ha retornado a la década del 40’ cuando se era peronista o anti. Hoy sos peronista k o anti k a la enésima potencia.
Los habitantes del peronismo con variable K siguen los lineamientos de la doctrina que formulara Juan Domingo Perón más el romanticismo y la épica de Néstor y Cristina.
En el anti peronismo confluyen diferentes partidos con una idea en común, el odio y resentimiento hacia todo lo que sea popular y nacional y represente al peronismo.
Esta fanática expresión propia de la ignorancia y no del razonamiento, es expuesta en los medios por lobbistas con el rótulo de periodistas más representantes del pueblo con aspecto de barras bravas como es el caso de Laura Alonso, la sucesora de Elisa Carrió.
Parte del pueblo se confunde y sigue a pie juntillas el odio propalado por estas diputadas y se encuentran en la vida sólo para envidiar la buena onda y hacer un culto del resentimiento.
En los últimos días, un turista argentino llegó hasta el Muro de los Lamentos, en Jerusalén, con un sólo pedido a Dios: “que se termine el peronismo”.
Ahora cabe preguntarse si esta buena persona pudo hacer el viaje gracias al crecimiento económico en su país, a pesar del cepo cambiario y dejando de trabajar unos días para conocer este lugar emblemático de la historia.
Alguna de estas razones seguro la atraviesan pero nos quedan más dudas que certezas. Será cristiano, si lo es sabrá cuales son los diez mandamientos. Suponiendo que lo sea, ¿Sabrá que el peronismo es el único movimiento político que confluye con la doctrina social de la Iglesia, sabrá que el Papa es además argentino, peronista, lo sabrá?
Quizás sea judío y haya creído que Perón, como algún pseudo historiador comentó: “Tenga que ver con el ingreso de los nazis en la Argentina”. Si cree eso, habría que contarle que hacia la década del 20’ había más de 100 mil nazis afiliados en la Argentina que además colaboraron con la campaña del asesino al poder.
Quizás esté confundido y exprese su locura con ese pedido. O también puede ser afiliado al PRO y creerá que la única manera de que llegue Macri al gobierno es con la extinción del peronismo.
Por cualquier razón, la acción del turista es una muestra más del claro fanatismo que poseen algunos ignorantes con respecto al peronismo. El mismo fanatismo que avaló todos los golpes de estado, que acuerda con la derecha sólo para que erradique a los negros de la faz de la tierra y los que ayudaron al fracaso como país en gran parte de su historia.
Pero este turista, ¿Sabrá que gobernaron el país además de peronistas, militares, conservadores y radicales? Y si preguntan por la obra de gobierno en periodos peronistas, la respuesta seria tacha y peronista y nos queda el resto. Y de ellos no se tiene logros positivos para la felicidad de un pueblo. Ese turista es sólo un fanático, un ignorante, un discriminador o los tres conceptos juntos. El fanatismo parte de la ignorancia pero, para pegar la vuelta deber pasar por la estación odio, la del resentimiento, la de la infelicidad, la de la envidia y demás paradas que solo sirve para demostrar lo miserable que se puede ser.
De todas maneras, a pesar del pedido a Dios por parte de este turista en el muro de los lamentos, el peronismo seguirá existiendo. Y esto pasará por que el pueblo es cristiano y peronista, porque el Papa es peronista y seguro que lo estará convenciendo a Dios para que empiece a militar.