
Por televisión observamos como Libia era destrozada. Días despúes fue Egipto, Túnez, más
tarde Siria. Antes había sido Afganistán, Irán, Iraq. Pero siempre nos enteramos de las guerras
a través de los medios. Siempre nos informaban que en algún lugar lejano existía un dictador,
que intervenía Estados Unidos en nombre de la paz y libertad y que por casualidad ese lugar
chorreaba petróleo. Una guerra en la pantalla y con muertos que nunca veíamos.
Hoy la guerra se acerca. Ya está en América. El lugar Venezuela, casualmente existe un
dictador y petróleo y también los Estados Unidos que intervienen en nombre de la paz y la
libertad.
Los medios nos siguen desinformando y todavía no tomamos conciencia que la principal guerra
ya terminó. La política fue derrotada por las corporaciones supranacionales. Las acciones
políticas se convierten en acciones bélicas y son todas parecidas. Los territorios cambian,
ceden sus riquezas a las familias componentes del nuevo orden mundial y el imperio accede a
nuevos territorios. Todo esto pasa pero sin tantos misiles, menos muertos pero más miseria,
hoy el terrorismo es mediático.
La guerra se traslada al espacio simbólico, a la batalla ideológica, a la batalla cultural y, por
ende, las armas para esa nueva confrontación son diferentes. No existe la metralleta, el
tanque, el bazooka, hoy hace más daño una computadora, un tuit, un video editado. La guerra
por imponer imaginarios colectivos se dá a través de medios cibernéticos en alianza continua a
los medios de comunicación.
Hoy los medios secuestraron la liberta de expresión y la tienen como rehén. También la verdad
ha sido raptada y no han pedido rescate. Hoy mediante un video editado dejamos de pensar
en Milagro Sala como militante y trabajadora para entender, la opinión publicada, que se robó
todo y merece estar en la cárcel.
Hoy Elisa Carrió necesita fotos de Honduras para ejemplificar Venezuela. Hoy creemos que
Diego Torres canta en un festival a beneficio de la paz, sin hacer política y no por 500 mil
dólares de cachet. Hoy vemos como un ilustre desconocido, que nos consta que es un agente
de la Cia, se promueve como presidente encargado, inicia un golpe de estado con el apoyo de
Estados Unidos y todo por la paz. El petróleo es solo un paisaje centroamericano que quedará
en manos de quien corresponda, o sea Trump.
Estamos en guerra, silenciosa, pero en guerra al fin. Hoy es el turno de Venezuela, ya pasó
medio Oriente. Brasil está en proceso y Argentina comenzará esta etapa si la derecha se
consolida en las próximas elecciones. Ya hay bases militares yanquis, también pobreza y
desocupación. También ha sido secuestrada la libertad y Trump está al acecho si Macri llega a
fallar. Hoy Trump es el Capitán América, el mismo hombre que levanta un muro para no
ayudar a los mejicanos, lleva ayuda humanitaria para Venezuela. Ese hombre que ganará el
premio Nobel de la paz es quien está destruyendo, paso a paso, el planeta con la colaboración
siempre necesaria de Inglaterra, Israel y las corporaciones. Mientras tanto, nosotros caemos
en todos las trampas cibernéticas.