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Opinión

ESCLAVOS, SOLO ESCLAVOS.

Por Kurt Winkels.

La libertad es un bien preciado en los llamados países en vías de desarrollo que solo se concreta cuando esta se convierte en liberación económica. Antes o durante solo es un concepto que repetimos de los libros de historia, o se utiliza en cuanta canción de protesta que escuchamos desde la década del 70.

“Hay dos formas de conquistar y esclavizar una nación. Una es la espada. La otra es la deuda”, supo decir Quincy Adams. Este apellido no es un chicle, sino el sexto presidente norteamericano que diagramó y diseñó la doctrina que su sucesor Monroe la puso en práctica y concedió su nombre. La doctrina Monroe la hemos mencionado varias veces y su síntesis es la frase América para los americanos. Esto acaecía en 1823, pero el presidente Wilson, allá por la primer década del siglo XX la reformuló y estableció “América para los norteamericanos”. Y esto es lo que sucede en los últimos 70 años como le gusta decir al futuro ex presidente Mauricio Macri.

Siempre la deuda esclavizó. Todos sabemos que Rivadavia es la calle más larga de la Argentina, algunos sabemos que fue el primero que contrajo una deuda con la JP Morgan, hoy del grupo Rockefeller, y que pudo pagar Perón. Pocos sabemos que ese millón de libras, solo llegó la mitad y que de ese 50 por ciento quedó un diez por ciento para obras en el país. Todos sabemos que Rivadavia fue el primer presidente. Pocos sabemos que fue unos de los corruptos más grandes de la historia, al construir empresas fantasmas con un socio yanqui, antes de llegar al poder, que utilizaba los medios de la época con su periodista preferido Valentín Alsina para vender noticias falsas y que intentó matar a San Martín. Sin embargo, Rivadavia es la calle más larga de la Argentina.

No todos conocen que Rosas no solicitó empréstitos, al igual que Perón, Illia, Isabel, Néstor y Cristina. Pero nadie desconoce que Mitre, Sarmiento, Avellaneda, Roca, Pellegrini y todos hasta 1946 convocaron a la JP Morgan para empréstitos que la población nunca veía y solo pagaba. En 1956, Alvaro Alsogaray en nombre de la revolución fusiladora, pidió perdón por no esclavizar al pueblo argentino y trajo más deuda. La misma fue al FMI y la pagó Cristina. El resto de los presidentes hasta el día de hoy hicieron lo mismo salvo los anteriormente nombrados.

Las dictaduras fueron las que más entregaron al país hasta que el actual prescindente batió el record siendo el 61 por ciento del presupuesto del Fondo. Entonces, en Argentina no hay guerras salvo la aventura del proceso, no existen conflictos religiosos pero la derecha esclaviza como decía Quincy Adams, con la deuda. Esta afirmación está fundamentada y casi no se discute. Eso sí, todos los entreguistas lucen sus nombres en las chapas de las calles argentinas. La historia oficial destaca el valor de Roca, la honestidad de Avellaneda por cumplir con el pago de la deuda con “el sacrificio y la sangre” de los argentinos, la educación sarmientina, la liberación de Aramburu y Rojas, la seriedad de Videla, la austeridad de Onganía y la transparencia y veracidad de Macri.

La misma historia descalifica el autoritarismo de Perón, la verborragia de Eva, la conducta de Isabel, la corrupción de Néstor y la soberbia de Cristina. Sin embargo, el famoso PBI fuel el mejor en tiempos peronistas, la inflación resultó la más baja en la misma época, y la creación y ampliación de derechos siempre llegaron de la mano de los malos de la historia.

Todo lo que se relató está chequeado y verificado. Por eso no se puede confiar ni darle un voto a un miserable que hambreó y endeudó por 100 años al país y desconfiar del peronismo por el solo hecho de que la vicepresidente es mujer y la agrupación la Cámpora, sin ninguna causa de corrupción sea vista como un monstruo. El mismo que contrajo una deuda por un siglo no puede ser capaz de poner en marcha un país que él detuvo. Y Alberto Fernández, que fue protagonista junto a los K del crecimiento argentino, no puede sufrir la desconfianza del antiperonista por el solo hecho de ser peronista. Por eso “argentinos a las cosas”, dijo Ortega Y Gasset y para ello más generosidad y menos egoísmo. Porque Macri es igual a Adams, a Alsogaray, a Rivadavia, a Videla y todos aquellos que nos esclavizaron.

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