Jannah Theme License is not validated, Go to the theme options page to validate the license, You need a single license for each domain name.
Opinión

ÉPICA

Por Gabriel Princip.

Se perdieron las PASO de septiembre. Quizás en noviembre la derrota vuelva a visitar al Frente de Todos, y el costo será pagado por el peronismo. Quizás no, pero la pregunta es ¿Por qué se perdió o mejor dicho por qué se pone en duda el triunfo?

Decenas de respuestas puede haber. Que la economía, que la vacuna, que la comunicación, que la interna, que el folclore, que la marcha no se canta y demás justificaciones que no sirven siquiera para escribir un tango.

Sí, hay ausencia total de folclore peronista y fundamentalmente no hay épica.

En los cincuenta era la vida por Perón, la flor no me olvides, la resistencia, la jotapé que siguió hasta el retorno del General. Canticos y choripán. ‘La patria sin Perón es un barco sin timón. Perón no es comunista, Perón no es un dictador, Perón es hijo del pueblo, del pueblo trabajador’. – O, ‘Con Perón y Mercante la Argentina va adelante, aunque caiga un chaparrón, todos, todos con Perón. Que cosa más bonita, vinimos a la plaza a lavarnos las patitas.’

Cuando cae Perón, llega la resistencia y los fusilados de José León Suarez. En los sesenta la resistencia siguió cantando con ‘Yo te daré, te daré niña hermosa, te daré una cosa, una cosa que empieza con P, Perón’. Era el folclore de la época. Pero también era la vida por Perón.

En los setenta una generación desapareció, pero también se escuchó un ‘aquí están estos son los muchachos de Perón’. Llegó Néstor, llegó Cristina, se llenaron plazas y el choripán nunca faltó, tampoco la ampliación de derechos.

Pasó Macri y llegó Fernández con un consorcio de dirigentes donde la ideología no se vislumbra, la marcha sigue faltando, pero el peronismo sigue poniendo los votos para que unos progres accedan a grandes salarios y algo de glamour.

De todas maneras, la coalición no es un frente y se cae derrotado por todo lo mencionado anteriormente, pero fundamentalmente por la falta de épica, eso que caracterizó los 50, los 60 y los 70. Otra época. Hoy vemos como los militantes de escritorio traicionan convicciones en favor de intereses, por esa razón no existe la valentía de otros tiempos.

Esa valentía que en otros lugares y en otra época supo retratar Eduardo Galeano en su libro “Cerrado por fútbol”.

Escribió el uruguayo que “durante la ocupación nazi en Ucrania, los alemanes organizan un partido de fútbol. La selección de las fuerzas armadas contra el Dínamo de Kiev, formado por obreros de la fábrica de paños, los superhombres contra los muertos de hambre”.

El estadio está repleto. Las tribunas se encogen, silenciosas, cuando el ejército vencedor mete el primer gol de la tarde, se encienden cuando Dínamo empata, estallan cuando el primer tiempo termina con los alemanes perdiendo 2 a 1.

El comandante de las tropas de ocupación envía a su asistente a los vestuarios. Los jugadores del Dínamo escuchan la advertencia:

“Nuestro equipo nunca fue vencido en territorios ocupados”.

Y la amenaza.

“Si ganan, los fusilamos”.

A los pocos minutos, tercer gol del Dínamo. El público sigue el juego de pie y en un solo largo grito. Cuarto gol, el estadio se viene abajo.

Antes de hora, el juez da por terminado el partido.

Los fusilaron con los equipos puestos, en lo alto de un barranco.

Hay más historias de las cuales debemos aprender. Ejemplo, en el año 1832, los pocos indios charrúas que habían sobrevivido a la derrota de Artigas fueron invitados a firmar la paz, y el presidente de Uruguay, Fructuoso Rivera, les prometió que iban a recibir tierras.

Cuando los charrúas estuvieron bien comidos, bebidos y dormidos, los soldados procedieron. Los indios fueron despellejados a cuchillo para no gastar en balas, y para no perder tiempo en entierros fueron arrojados al arroyo Salsipuedes.

Fue una trampa. La historia oficial la llamó batalla. Y cada vez que el uruguayo Galeano dice, ‘ganamos un trofeo de fútbol’, celebramos el triunfo de la garra charrúa.

Por eso si queremos ganar en noviembre dejemos de quedar bien con el enemigo, olvidemos el twitter para imitar tiempo de épica y folclore. ¿No le parece?

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba