¿EL VOTO VACUNA?
Por Carlos Galli.
En mes de septiembre, los argentinos tenemos el derecho, pero también la obligación. Sí, la obligación de ir a votar. Una democracia real, no debería obligar, pero bueno, ese es el juego. Nos enseñaron que sufragar es un derecho. Un derecho, no obliga. Pero ese es el juego. Las dictaduras obligan, no las democracias serias.
La mayoría de los funcionarios y dirigentes de la coalición que gobierna, y la oposición, piensan y sueñan que aquellos que estamos inoculados los vamos a votar, ya sea por el oficialismo o por los demás. Seguramente que millones lo harán por convicción y otros, lo harán por un enorme agradecimiento, y no está mal que lo hagan. Yo prefiero no ir a votar, prefiero quedarme en casa, cuidándome. Me obligaron, unos y otros, a quedarme encerrado durante más de catorce meses, y pretenden que vaya a votar.
Los políticos están locos por el poder, la ambición y el vedetismo, los ciega, son tantas las vanidades que, tal vez, piensan que una vacuna equivale a un voto.
La vida de millones de conciudadanos, vale mucho más que sus ambiciones desmedidas.
Si los argentinos pensamos diez segundos, en septiembre, que vayan los políticos a votarse mutuamente. El pueblo debería quedarse en casa, como lo hicimos hasta ahora, ¿o en septiembre ya no estará el virus?
Señores y señoras del abanico multicolor de la miserable política, no podían suspender las PASO, o se les corta el chorro. Tienen temor de tener que ir a laburar en serio.
La vacuna es contra un virus letal. Ojala existiera un antídoto contra muchos de ustedes. Si existiese, seriamos una Republica creíble y un pueblo feliz.
Yo voy a respetar mi DERECHO de cuidar mi vida. Un voto más o menos, no mueve la aguja.
No iré a votar. Prefiero pagar la multa, antes de ir a votarlos. Seré responsable socialmente. Me quedo en casa, como me exige el momento pandémico.
