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El sistema multipolar

Por Gabriel Princip

Desde la década del 70´ que se lee, observa y escucha el concepto político de nuevo orden mundial. Sucesivamente se fueron visibilizando los actores de esta idea nada favorable para los movimientos nacionales. Las corporaciones supranacionales fueron tomando forma en los confines del siglo XX y hoy van imponiendo sus soldados en los estados occidentales, otrora poderosos.

David Rockefeller armando Bilderberg, la Comisión Trilateral y el Consejo de Relaciones Exteriores más participación activa en el FMI y la Unión Europea, fue dibujando el TEG en tamaño natural. Sus asesor estrella Henry Kissinger y sus lugartenientes George Soros y demás titulares de corporaciones, sumando el reino de Holanda  y su última adquisición -Barack Obama- van dando forma a una nueva visión geopolítica donde el pensamiento nacional  sólo atina  a observar con tristeza como el país vuelve  a ser colonizado luego de unas “vacaciones” de 12 años.

Miguel Ángel Barrios en “Repensar a Perón” explica: “Podemos caracterizar al nuevo orden mundial que se  va delineando en el nuevo milenio, como de un sistema multipolar, o sea de actores mundiales  que se auto equilibran.  Ya había ocurrido en la historia sistemas multipolares. El más conocido es el sistema de equilibrio de poderes de las monarquías europeas del siglo XIX, que tenía como eje el Atlántico y nuestra América, fragmentada  y dividida luego  de las guerras libertadoras, cumplían el rol de estados mono exportadores de materias primas. O sea la primer independencia, no significó la independencia integral. Como contrapartida el actual sistema mundo, es un orden multipolar donde los únicos actores con capacidad de autonomía son los estados continentales industriales. Estamos ante el fin del estado nación clásico como actor soberano y ni que hablar de los estados agro exportadores. Y además, iniciamos la des-occidentalización  de la política global, pasando a ser el eje Pacifico- Indico, el  principal epicentro  geoeconómico del sistema mundo. Los estados continentales son poderes políticos continentales que suman la dimensión militar, científica-tecnológica, económica, cultural y geoestratégica”.

Hoy el gobierno va llevando el país  a acordar con el imperio. La alianza transpacífico de cooperación económica, rebaja barreras comerciales, establece un marco común de propiedad intelectual, refuerza estándares de trabajo y derecho ambiental, en una palabra, liberaliza el comercio éntrelos países integrantes como  Perú, México, Colombia y Chile y los une con Japón, Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelandia, Malasia, Singapur, Vietnam y Australia.  De más está decir que este tipo de tratados siempre favorecen a los países más poderosos. Esta idea es superior en su perjuicio al ALCA que el Kirchnerismo supo rechazar y es el certificado de defunción de una Argentina que festejaba sus acciones políticas en contra de los fondos buitres el año pasado y hoy desarma su economía para ser fiel al Tío Sam.

Las políticas públicas brillan por su ausencia. Los postulados de la doctrina peronista como la independencia económica, la soberanía política y justicia social son mandato cumplido. El nuevo orden mundial está pasando lista y estaremos presente con el acompañamiento obligado de una población que eligió un cambio para bien y  fue sorprendida en su buena fe para ayudar a un partido pro mercado a instalar la tristeza y la desazón en la Argentina del nuevo milenio.

El siglo XXI vive una profunda crisis de valores y de formas de representación  donde Francisco, con su agudo análisis, llamó globalización de la indiferencia, hay quienes piensan que hay que evitarla. Nada más ingenuo, que negar la globalización. Miguel Barrios acota: “otros sostienen, alineados en el neoliberalismo, que hay que someterse a las “leyes” del mercado. Desde nuestra opinión, nuestro gran desafío consiste en rescatar el gran poder transformador de la política, lo que coloca en un nuevo rol a los dirigentes y a los sujetos  y actores políticos y sociales, que ya no pueden practicar política de fronteras adentro. Ya Perón, había advertido, en su libro “La hora de los pueblos”, que “la política puramente nacional es algo casi puramente de las provincias. Hoy todo es política internacional, que se juega adentro o afuera de los países”.

Hoy manda el mercado en Argentina. Las corporaciones van conquistando naciones  occidentales  sin bombas ni explosiones. El nuevo orden mundial se va consolidando, es hora del retorno de la política. Es hora del pensamiento nacional, es hora de la toma de conciencia para no rendirse ni cambiar convicciones por espejitos de colores. Es la hora de los pueblos.

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