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El Presidente Pokemon

Por Kurt Winkels

Es escasamente interesante explicar el origen de Pokemon Go. Lo cierto es que este animé japonés se instaló en forma virtual en las mentes colonizadas mientras el resto de la población observa asombrada como la estupidez no tiene límites.

La vicepresidenta Gabriela Michetti con su twitter aconsejaba a sus seguidores como atrapar pokemones en la zona de Congreso. Mientras esto ocurría, 60 mil desocupados marchaban a la Plaza por Paz, Pan y Trabajo.

Explicar esta situación no es fácil. El país hace ocho meses que vive un ajuste continuo sumado a la persecución política. Observa en televisión que sinónimo de ladrón es el peronismo  o los K. Mientras el poder somete nos brinda la posibilidad de aplaudir a aquellos integrantes de la caja que brillan por la ausencia de ideas.

Claudio Díaz en su obra “Manual del anti peronismo ilustrado” dice: “Hay un pensamiento nacional y un anti peronismo colonial. Es ocioso recordarlo en el siglo XXI, cuando ya se cubrieron bibliotecas enteras para descubrir por donde debe pasar nuestra búsqueda como pueblo. Pero el festival publicitario del liberalismo alcanzo tal magnitud y consenso, sobre todo en el espacio de las capas medias, que el universo del pensamiento construido por  Scalabrini Ortiz, Jauretche, Hernández Arregui y el propio Perón debe ser explicitado nuevamente. Desde Rivadavia hasta De la Rúa, la Argentina “oficial” acumula gobiernos, próceres y modelos del país que sobresalen en la historia por haber colocado las soluciones “nacionales” fuera del alcance de nuestras decisiones”.

Ahora bien, un presidente que avala el sinsentido,  donde su compañera de fórmula va a cazar la nada para sumar nada y obtener nada, es solo eso nada. Macri es famoso en el mundo por los papeles de Panamá, por cumplir con Paul Singer y por comentar como baila. Aquí por lo mismo y por hacer de la falta de contenido una línea editorial.

El Pokemon Go  hace estragos en las jóvenes mentes mientras los trabajadores protestan por la invasión de la pobreza sostenida por la tristeza y la injusticia. Como compensación, el gobierno alienta el animé de la mano de comunicadores con virtual intelecto.

La tilinguería se muestra en el poder mientras se cazan pokemones. Pero, ¿Cómo hacer entender  a la población que la invasión animé solo sirve para distraernos mientras el ajuste hace estragos?

Y un gran problema es el tilingo. Dice Aníbal Fernández en su libro “Zonceras argentinas al sol” que “La fanfarronería, mas porteña que argentina, es susceptible de corrección. Pero como corregir al tilingo que es el fruto buscado de una formación mental a base de zonceras peyorativas que, con el respaldo de próceres al caso, ha afirmado nuestra inferioridad como punto de partida inseparable de su “civilización”.

El animé distrae a una parte de la población, ese que todo le da igual aunque se encolumna en el surco del odio para votar a agentes de las corporaciones y éstas devastan la nación. Hoy el país se divide en dos, aquellos instalados en el gobierno donde se esmeran día a día para decretar la tristeza y la injusticia en forma cotidiana y la otra mitad, que es la que no entiende porque se la condena al sufrimiento eterno.

En el medio, una clase dirigente que avala un Pokemon. Un presidente que al igual que el animé es un dibujo para aquellos que constituyen el poder real y también para los trabajadores. Hoy la Argentina tiene un presidente virtual y una pobreza real.

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