Por Kurt Winkels
“Actualmente el pueblo argentino va saliendo de ese marasmo satisfecho en que se había hundido. Está analizando, azorado, su realidad y verifica que sus dirigentes han colocado, poco a poco, a la Republica en condición de una factoría. Pero ante este nuevo estado de espíritu popular, el capital extranjero no permanece inerme. Se ordena y cohesiona para seguir asegurando sus privilegios. Para ello es indispensable coartar la voluntad del pueblo, ahogar la opinión y establecer un gobierno de fuerza y selección. La selección se efectuara entre los allegados al capital extranjero que son los poseedores del prestigio social que da el dinero…lo económico tiene hoy primacía sobre todos los órdenes. Lo extranjero en esta tierra no es el hombre, el extranjero que vive aquí y se multiplica es hermano e igual al argentino. Lo extranjero aquí es el capital esclavizador y lo que no vaya contra él, está a su favor”.
Este análisis que parece de ayer es de 1933 y son palabras de Raúl Scalabrini Ortíz. En esos tiempos no estaba Eugenia Vidal para decirnos que el futuro es el pasado, pero pensando y reflexionando con cierta objetividad nuestro país siempre tuvo como futuro su pasado. Esas palabras eran ciertas en el pre peronismo y ahora también porque la administración Macri ha retrocedido tanto que nos deposito en la época anterior a Perón.
La Argentina después de un crecimiento fuerte en la última década, quedó a expensas del terrorismo económico mundial con ayuda y complicidad de los gobernantes de turno. Nunca como en estos tiempos se puede hablar de entrega, cipayismo, de factoría, todo esto gracias a la impunidad de un gobierno cuya bandera es la sumisión al imperio.
Lo que decía Scalabrini Ortiz es el presente del pasado, que también será el futuro si la oposición recuerda que representa a un movimiento nacional que tiene la obligación de evitar el avasallamiento de la oligarquía.
Hoy las corporaciones supranacionales con apoyatura en el FMI saquean a un pueblo azorado, sorprendido y desorientado. Eduardo Galeano decía: “La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado. Los organismos internacionales que controlan la moneda, el comercio y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres, y contra los pobres de todos los países, con una frialdad profesional y una impunidad que humillan al mejor de los tira bombas”.
Vidal dijo que “el futuro es el pasado”, nuestro presente también es el pasado, ese del pre peronismo, el mismo de la libertadora o aquel de la dictadura o más cerca en el menemismo o la alianza. Ese pasado nos invita a recordar y vivir con una recarga este gobierno, el mismo que propuso el cambio con un globo amarillo para mejor, un cambio que determinó desolación, pobreza, ajuste y muerte. Tenía razón Vidal, nunca nos mintió. Nuestro presente y nuestro futuro es el pasado.