Jannah Theme License is not validated, Go to the theme options page to validate the license, You need a single license for each domain name.
Opinión

El peor equipo de los últimos 200 años

Por Matías Russo.

Llegaron como la nueva política, ni de izquierda ni de derecha. Así se promocionaron. El mejor equipo de los últimos 50 años. Convencieron con falsas promesas. Nadie iba a perder la calidad de vida que habían alcanzado con el ex gobierno, que ya parecían naturales, normales en la vida cotidiana. Llegar a construir su casa, comprar el primer 0km, comprar electrodomésticos en 12 cuotas, tener un aire acondicionado o más en una vivienda para tolerar las altas temperaturas veraniegas, aprovechar cada fin de semana largo para una escapada a la costa, de vez en cuando un viaje al exterior: Río de Janeiro, Miami, Barcelona, Roma, París, Londres, se convirtieron en destinados frecuentados por argentinos.

Las tarifas a un costo justo permitían destinar el salario no solo a mejorar la calidad de vida, no solo a subsistir, permitían abrir un pequeño emprendimiento en potencia de una pequeña empresa, pero empresa al fin, y sobre todo nacional.

Estos muchachos cancheros, elegantes, pero sin corbata, los de la “nueva política” convencieron a la mayoría del electorado que lo que estaba por venir iba a ser diferente, mejor, pero sosteniendo ese estilo de vida acostumbrado.

Mintieron. Día a día se fueron perdiendo conquistas, derechos, goces, y se sumó preocupación, dolor, ajuste, decadencia. Para 2016 habían prometido una inflación entre el 20 y 25%, fue del 40%; para el 2017 entre el 12 y el 17 por ciento, estuvo en 25; para este año prometieron un techo del 15%, a 7 meses de culminar el año Melconian pidió rogar para que sea del 25%.

A casi 3 años de la conquista de Macri, la decepción en sus votantes se siente. El que confió, el que dijo “si, se puede”, el que se la jugó defendiendo a capa y espada los aumentos de tarifas porque “eran baratas”, el fin del cepo, todos los ajustes para “no ser Venezuela”. Hoy, terco, cabeza dura, luego de miles y miles de avisos parece que recobró la memoria con el retorno del Fondo Monetario Internacional. El 75% de los argentinos rechaza al FMI.

Millones se les pagaron a los Buitres, ni bien asumió Cambiemos, con la coartada de que era necesario para conseguir financiamiento externo. Hoy esa guita no está más, lo que llegó se fue, lo fugaron. ¿Era necesario acordar con los buitres?

¿Cómo puede ser que el gabinete con más hombres de las finanzas y los negocios de la historia argentina haga las cosas tan mal, y derrumbe en dos años un estado de bienestar logrado en una década, y tire a la basura el capital político de Macri en solo 5 meses? ¿Hacen las cosas mal? ¿O lo que es malo para nosotros es bueno para ellos? ¿Y si el objetivo era este?: Un saqueo relámpago, y a huir.

Macri a su favor tiene una oposición que se divide en dos: los que buscan un cambio de rumbo democrático y apuestan a generar consensos, la tan mencionada “unidad” para el año que viene dar el batacazo; y están los dialoguistas, los de la gobernabilidad, que esperan que el establishment le ceda en bandeja el mando en un futuro, ya sea en uno o cinco años. Ambos lo sostienen. Los máximos referentes hoy no hablan. Cristina entendió que callada hace más daño que si le comunica al pueblo lo que está pasando. Massa busca expandir su no tan ancha avenida del medio y aguarda su momento.

Ya se hablan de un plan de ajuste más fuerte para cumplir con los objetivos del FMI y de otro cambio en el gabinete. Consecuencias de la crisis, señal de debilidad. Hoy más que nunca está en duda la reelección de Macri, algo seguro un mes atrás. Vidal dejó de ser el ancho de espadas.

¿Llega Mauricio Macri a terminar su mandato? Nos quieren hacer creer la entrega al FMI es inevitable, que no hay otra alternativa. El descontento hacia Macri hoy está generando el triunfo de la antipolítica. El “que se vayan todos” está iniciándose y eso sería una nueva derrota del pueblo en esta batalla cultural. La política siempre va a ser la respuesta. No hay que depender si Cristina o Massa se dedican a hablar o hacen su juego en silencio, nosotros somos los que tenemos que salir a la calle.

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba