OpiniónOpinión

El Nuevo Orden Mundial

Por Simón Radowistky.

En 1973 Henry Kissinger escribió: “Controla los alimentos y controlarás a la gente, controla el petróleo y controlarás las naciones, controla el dinero y controlarás el mundo”. Bajo esa idea las familias dueñas de las corporaciones supranacionales empezaban a idear un nuevo mundo, un nuevo orden mundial.

Estos procesos se proyectan en el tiempo y de a poco se van acomodando las piezas en el planeta. Los gobiernos de derecha empiezan a consolidarse. Las izquierdas están pasando a ser material de culto, quizás de características bizarras.

Europa ya toma color, América se está formando. Aquí Macri es el delegado de las corporaciones y ya comenzó a ensayar con un plan económico que solo cierra para las estas.

En 1991 David Rockefeller declaró: “Estamos muy agradecidos con el Washington Post, el New York Times, la revista Time y otras grandes publicaciones cuyos directores han asistido a nuestras reuniones y han respetado sus promesas de discreción por casi 40 años. Habría sido imposible para nosotros desarrollar nuestro plan para el mundo si hubiéramos sido objeto de las luces brillantes de la publicidad durante esos años. Sin embargo, el mundo es ahora mucho más sofisticado y preparado para marchar hacia un gobierno mundial. La soberanía supranacional de una elite intelectual y banqueros mundiales es seguramente preferible a la autodeterminación nacional practicada en siglos pasados”. El agradecimiento a la prensa por parte del magnate era porque el periodismo había silenciado sus voces en las reuniones del Club Bilderberg.

William Cooper, ex miembro de la inteligencia norteamericana, ya asesinado, declaró en el libro “El Nuevo Orden Mundial”: “El capitalismo tiene el arma más poderosa de conquista, el dinero. La historia de la actual dominación fue perfectamente planificada desde hace mucho tiempo. Desde que Estados Unidos se proclamó independiente, fraternidades económicas mundiales se instalaron en ese país para tomar el control económico y de esta forma el político. Usando políticas de expansión, viejas “familias” poderosas de Europa expandieron a las nuevas tierras sus dominios. Sociedades secretas establecieron sus nuevos imperios, desde los cuales partirían sus estrategias financieras y políticas. Johannes Rockefeller emigró a América y su descendiente John se convirtió en el líder del monopolio del petróleo. Con el tiempo, aliado a intereses europeos, promulgaron la creación de numerosas entidades mundiales. Su propósito, la instalación de su poder en todo el mundo para la conquista lenta y paulatina mediante la infiltración del poder económico. Ellos planificaron el establecimiento de varias organizaciones de poder internacional, la Reserva Federal, el Consejo de Relaciones Exteriores, la Comisión Trilateral, el Bilderberg Group y las Naciones Unidas. El objetivo final, la creación de un nuevo orden mundial”.

Cooper habla de familias y ellas son los Rockefeller con una fortuna declarada de 750 mil millones de dólares,  los Bush, con descendientes presidentes y una fortuna de 330 mil millones y los Rothschild dueños de la mayoría de los bancos, de 500 empresas, la misma que forjó su imperio con crisis y guerras, dueños de una fortuna  de 500 mil millones de verdes.

Esta última familia más los Rockefeller cobraron actualidad cuando el actor belga Jean Claude Van Damme dijo: “Ellos no dejaran que Donald Trump sea presidente. No les conviene, el republicano es anti globalista y los puede perjudicar”.

El concepto nuevo orden mundial se siguió repitiendo. Las bocas importantes del sistema geopolítico mundial lo pronunciaron. Nuevamente Henry Kissinger  habla del tema cuando en el 2009 dice: “Esta crisis, en referencia a la económica producida en Estados Unidos, es una gran oportunidad para crear el nuevo orden mundial”.

El ex presidente chileno Sebastián Piñera también habló del tema en el 2010: “Hemos tratado el tema de cómo modernizar las organizaciones y la arquitectura que se creó después de la segunda guerra mundial en Bretton Woods, y estamos hablando de modernizar el FMI, las instituciones financieras internacionales, el Banco Mundial, las Naciones Unidas para tener un estructura y arquitectura de gobierno mundial que nos permita enfrentar los problemas del presente”.

Cuando hablaba Piñera ya el nuevo orden mundial comenzaba a dar sus primeros pasos y para ello ya habían ocurrido hechos de primera plana que servían de justificación al proyecto oligárquico mundial. Ya habían pasado las intifadas, las torres gemelas, la guerra de Afganistán, la de Irak, la  de los Balcanes, la crisis europea y más tarde ocurrió la primavera árabe, la guerra de Siria, y la consolidación de Isis.

El Nuevo orden mundial se establece de a poco. En la Argentina, Macri con sus amigos holdauts empezó el proceso. El mismo que con un plan económico determinará que las clases medias sean las bajas en un futuro cercano y las bajas desaparezcan. Para ello, trazó su alianza con la justicia y los medios. Estos realizan el apagón informativo y la concientización de un presidente común, normal y una gestión anterior que hizo lo que hizo basado en el robo.

Y cuando los medios fallan en su trabajo o le aparecen unos papeles de Panamá se acuerdan de Joseph  Goebbels cuando decía: “Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo al ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que los distraigan”.

Numerosas publicaciones, sobre todo en Europa, ya hablan de la concreción de un nuevo orden mundial y cuyo eje es el capitalismo.

Para los ordenadores,  el capitalismo es la religión, los bancos son las iglesias, los banqueros son los sacerdotes, la riqueza es el cielo, la pobreza es el infierno, los ricos son los santos, los pobres son los pecadores, las materias primas son las bendiciones y el dinero es Dios.

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba