Por Gabriel Princip
Hoy el Bar Causa Nacional está completo. Los parroquianos hacen fila por una mesa y un par de sillas en este centro de la cultura que ocupa una porción del ejido del Comando Celestial. El lugar donde las cortapisas se encuentren ausentes, noche a noche, es fiel testigo de charlas que en su momento y en forma terráquea no se dieron y el comando es el sitio perfecto para saldar asignaturas pendientes.
En el fondo del bar, John William Cooke discute con el Che en una nube de humo que producen sus habanos. Cerquita, en una mesa de época, Mordisquito hace una semblanza muy particular delante de Evita y Don Arturo. A la izquierda, en una mesa contigua participan del debate Chávez, el General, Scalabrini y Hernández Arregui. En el centro, café de por medio, charlan dos académicos: Néstor y el recién llegado, el mariscal Roberto Perfumo.
-Pero que pronto que viniste, ahora lo que es el destino, vos que siempre escalaste para llegar a la cima de tu carrera, ¿Venís a partir por una escalera?
-Que va ser Néstor. Y bueno, hay que ver lo positivo dentro de lo negativo. Ahora puedo compartir charlas más tranquilas con vos y no alocadas tertulias cuando era secretario de deportes. Además acá está el Che, el General, Evita y Cejas. ¿Por donde anda Mario?
-Ya viene mariscal, que equipazo ese del 66´, ¡Si habré festejado!
-No lo dudes. Cejas, Martin, Basile, yo, el panadero, Marttinoli, Mori y Rulli, el bocha, el yaya y el chango Cárdenas. Y todos con la batuta del Tito Pizzuti.
-Enorme el equipo, ahora a vos te largó River. No tuvieron visión los muchachos.
-Igual que pasa ahora con Macri. Le dejaste el país en bandeja para que hagan una potencia y desastre tras desastre están haciendo.
-Es que están nervioshos. Mauricio siempre será Macri y Macri es la oligarquía, ¿Qué pretendías?
-Tenés razón Néstor, pero no saben aprovechar nada. En lugar de construir, proteger a las mayorías, seguir con Arsat, con la ciencia y la cultura, ¿Qué hacen? Todo al revés. Despiden, humillan y de cultura, nada de nada. No te leen ni las desventuras de Larguirucho.
-En fin Mariscal, ¿Tendrían que haber aprendido de usted?
-¿Por?
-Y sí, cuando hacías una maldad, un codazo, un alfiler, un insulto, una piña, nadie se daba cuenta. Estos destruyen todo y lo publican.
-Y bueno, pero le digo algo picante era pero tenía códigos.
-Sí, me acuerdo los códigos con los pinchas por la Copa. Se mataron.
-Bueno, cosa de muchachos.
-Si con el Celtic en Uruguay, también parecían Titanes en el ring
-Y si, también cosas de chicos.
-No sigas diciendo eso porque Mau te va a imitar y cuando se lleve puesto el país, te dirá y si, “cosa de muchachos, fuimos ingenuos”, alguna otra gilada y siempre terminando las frases con: “pero que cambio hicimos, ¿no?”.
-Ni hable del gobierno. Cero política para el deporte. La AFA es un nido de víboras y los relatores del nuevo fútbol para todos no son militantes son adoradores del Dios de la alcahuetería eterna al Gran Magnetto.
-En fin, Mariscal, igual acá la pasemos fenómeno. No sé si era parecido a las reuniones etílicas que mantenías con el Coco y Mostaza pero acá con tanto intelectual y prócer la pasas mejor que una goleada de Racing a Boca.
-No lo dudo, bueno. Yo recién llego, me tengo que acomodar y seguro que las citas a este bar nunca me tendrán ausente. Nos vemos presidente.