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Opinión

EL KIRCHNERISMO CASTRÓ AL PERONISMO

Desde hace años, el kirchnerismo castró al peronismo.

La tercera posición no son los planes de la casta ultra k.

Desaparecieron los símbolos tradicionales del peronismo revolucionario. Incluso un actual Ministro dijo que nos metamos la marcha, nuestro segundo himno, en el cu… Claro que, unas semanas antes de las elecciones del 14 de noviembre, en un acto donde el orador Máximo Kirchner comenzó a cantarla junto a sus seguidores, que balbuceaban, porque la realidad muestra que no la saben y que no la sienten.

Las gigantografías del General Perón y de Evita, la única abanderada de los humildes, nunca o casi nunca están en los escenarios. Se lucen afiches de la secta camporista como si fueran los que cambiaron la historia de los trabajadores.

Son tan soberbios y tienen tanta vanidad que piensan que las conquistas y revoluciones las lucharon y las padecieron ellos. Pretenden presentarse como la salvación del pueblo, de un pueblo oprimido, y no quieren entender que, al pueblo sólo lo salva el pueblo. Están tan adormecidos que el día de la Lealtad Peronista se realizó en tres diferentes días y en tres diferentes actos.

Muchachos y muchachas camporistas, peronismo hubo y habrá uno solo, el de Perón y Evita. Todo lo demás son harina de otro costal. Ustedes ignoran las veinte verdades del General, del pueblo. Cantan que están presentes por la liberación, y jamás pusieron el pecho por las causas populares. Jamás derramaron una gota de sangre, jamás pusieron el cuero. Jamás los torturaron, jamás han visto morir a compañeros y compañeras por defender y lograr una Patria justa, libre y soberana. No saben que es estar en un monte, arrastrarse por los espinos, y por puntiagudos cardos, perseguidos por los milicos genocidas.

Así y todo, se sienten los dueños absolutos de la verdad revelada, y con cajas millonarias, y sin sonrojarse castraron al peronismo. Quiero expresarles que nada es para siempre, y que ustedes durarán lo que una hoja en la tormenta.

Felizmente todos ustedes en su gran mayoría son hijos de la democracia, yo como tantos otros regamos con sangre el suelo de nuestra Patria, para que hoy podamos vivir en un Estado de Derecho. Yo como tanto otros cumpas no tuvimos Derechos Humanos que nos defendieran. Nos tildaban de subversivos y solamente éramos patriotas y mártires.

Castraron al peronismo, pero NO a aquellos que seguimos y cumplimos el pedido de nuestra UNICA jefa espiritual, la entrañable Evita. Fuimos y seremos pese a nuestros achaques, PERONISTAS REVOLUCIONARIOS. Ya sin Tacuara ni fusiles, pero en cada uno de los corazones de viejos militantes, tenemos la esperanza de ver aquellos días felices, como cuando gobernaba el peronismo auténtico. El peronismo que reventó las urnas con el TIO, y más tarde con el General Perón. Fuimos la continuación de la resistencia del ‘55.

Creen que castraron al peronismo, pero sin dudas se equivocan de cabo a rabo. Un día vamos a volver, o lo harán nuestros hijos e hijas, que llevan en sus genes la única revolución, el bienestar del pueblo, el único heredero del General Perón.

Disfruten de esta primavera ideológica tribunera. No les queda demasiado tiempo. Y si por alguna causa, algunos pocos quieren venir a pensar por todos nosotros, chiflen, que los viejos peronistas volveremos a poner el pecho, como lo hicimos a lo largo de nuestra militancia, la cual fue realizada sin cargos, sin ventajas y especialmente sin billetera.

Libres o muertos, jamás esclavos. Esa fue y es nuestra consigna. Que dicho sea de paso, lejos está de ustedes.

Esta nota de opinión tiene mi cara y mi nombre. Nunca usé seudónimos. Y tengo las agallas suficientes para bancarme con el lomo lo que escribo con mi pluma.

El AMOR es ciego. El ODIO… también. El AMOR es símbolo de VIDA. El ODIO es símbolo de MUERTE.

Supe pasar por ambos momentos. Con los años elegí el AMOR, porque en mi vida vi demasiado odio y muerte.

Mi alma conoce la verdad, y es mejor que esté callada.

Sinceramente, Carlos Galli.

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